Intervenciones puntuales de poca huella pero de enorme impacto. Este fue el planteamiento que el gobierno noruego presentó a los principales diseñadores del país cuando les propuso formar parte de Norwegian Scenic Routes. Rediseñar un conjunto de 18 rutas turísticas en zonas constructivamente complejas con la sutileza suficiente para no restar protagonismo a la naturaleza. Todo un reto.
Establecido el problema, surgieron las primeras dudas. ¿Es necesario intervenir arquitectónicamente un lugar para convertirlo en paisaje? La arquitectura integrada en el paisaje propuesta por Marit Justine Haugen y Dan Zoharlo nace precisamente del dualismo entre estos dos conceptos. Un lugar es un paisaje en un momento determinado. Uno cambia, el otro permanece. La arquitectura y el lugar se ligan irremediablemente a través del paisaje. La solución estaba clara. Mirar el lugar, construir paisaje.
El área de descanso de Uredd está en la ruta Helgelandskysten, al norte de la ciudad de Gildeskal. Punto estratégico para turistas y locales que destaca por el sol de medianoche en verano y las auroras boreales en invierno. Transición entre la carretera y la playa de guijarros contigua, el proyecto se resuelve en un solo gesto. Una gran ola de hormigón armado que serpentea en forma de graderío primero y explanada después hasta morir en el mar.
En un extremo, unos bancos monolíticos de mármol local de color rosa adornan esta actualización de un monumento conmemorativo de la Segunda Guerra Mundial. En el lado opuesto, la única y minúscula pieza de equipamiento revestida de un elegante vidrio traslúcido. Un hito que convierte toda actuación en un auténtico faro nocturno.
Sin tener la presión de ser los primeros en pisar un paraje jamás recorrido, serán los nuevos exploradores los encargados de juzgar si la obra ha mejorado o no el entorno. De lo que no cabe ninguna duda es de que la observación de tanta belleza, con el permiso de Stendhal, ayudará a comprender la esencia, cultura e historia de Ureddplassen. Ya lo dijo Camille Pissarro: bienaventurados los que ven cosas hermosas donde otras personas no ven nada.