En lo alto de un pequeño monte de Hovdenuten (Noruega), el equipo de Aksent Arkitekter ha diseñado un refugio de viaje cuyas vistas hacia un parque natural lo convierten en un altar dedicado al paisaje.
La devoción por el paisaje de Hovdenuten
La subida hasta la cima de una colina es un trayecto que se ha rodeado, en algunas ocasiones, de cierto misticismo. La posición elevada de edificios como el Partenón de Atenas o la capilla de Notre Dame du Haut (Rochamp, Francia) ofrece una visión sagrada de los templos, el gesto más parecido a una ascensión terrenal. La inauguración de una nueva ruta turística para alcanzar la punta del monte Hovdenuten ha servido de excusa para fomentar una colaboración entre ayuntamientos de municipios de la zona y la entidad que gestiona el Parque Natural de Hovden. Y el premio de verse en la cumbre de la montaña se acentúa con un aliciente más: la conquista del refugio diseñado por Aksent Arkitekter.

La intervención de los arquitectos noruegos apuesta por los materiales vernáculos para encajar en el paraje. Por fuera se erige con la roca de los muros de contención de las granjas y bancales de la zona, cubriéndose por una capa donde crece la vegetación silvestre. Sin embargo, la construcción se resuelve con un gesto sinuoso que amplía las vistas y una gran vidriera, que introduce la luz y protege del viento. Estas decisiones se alejan de la imagen pastoril y ponen el foco del proyecto en rendir homenaje al entorno. ¿Se puede mostrar mayor devoción?


El refugio exacto para la cima
El refugio para el día se asienta en la cúspide de manera tímida, pero los reflejos del cielo curvo en el gran ventanal le dan la presencia que necesita para ser percibido como un trofeo. El espacio es sencillo, apenas unas gradas cubiertas de madera que apuntan hacia la panorámica; por ello el uso de este elemento termina siendo austero, pues los listones de los revestimientos se convierten en los del encofrado de hormigón visto. La sobriedad de la estructura hace que nos creamos dentro de una pieza de artesanía, pero el tamaño de los vidrios —incluso el detalle de la chimenea suspendida— nos lleva a una escena más contemporánea.


El trabajo de Aksent Arkitekter parece coherente, proporcionado a su función y se plantea con elegancia, aunque se echa de menos algo de valentía para que el diseño resulte más emocionante. Aun así, la pieza consigue interpretar su papel con soltura y se presenta como un hito en el ascenso; como un verdadero altar para el paisaje.

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En la cima del monte Hovdenuten, junto a la reserva natural de Hovden, lugar de pastoreo de renos.
El proyecto forma parte de una nueva ruta que se ha abierto para ascender del monte Hovdenuten y permite contemplar las vistas desde la cima.