Los escenarios del casamiento son una parte esencial de la teatralidad inherente a una boda y deben ser lugares para no olvidar. El hotel Risonare lo entendió así y encargó al estudio Klein Dytham architecture que crearan un espacio excepcional para sus jardines.
Los arquitectos apostaron por una estructura en concordancia con la escenografía de la naturaleza exterior: la capilla hace frente a un impresionante bosque de pinos al pie de los Alpes japoneses. En realidad, se trata de un pequeño islote de acero y vidrio, compuesto por dos cubiertas de materiales diferentes. La cubierta de vidrio emula una pérgola y muestra una estructura de metal que recrea las venas de una hoja. La de acero presenta 4.700 oquedades que siguen un patrón floral y que recuerdan el encaje de un vestido. Esta segunda hoja es la encargada de añadir un elemento dramático a la ceremonia. Pensada como un velo de novia, se levanta por completo en el momento justo anterior al beso, dejando ver a todos los asistentes el espectacular altar natural que aparece detrás de la pareja.