El minimalismo cálido e íntimo de la habitación portátil Wanderbox se presenta como una alternativa de mobiliario para los nómadas modernos, amantes del estilo y comprometidos con el medio ambiente. Aunque después de lo vivido con el confinamiento, no sabemos cómo serán esos nómadas pos-COVID-19.
La Wanderbox funciona como un Tetris de siete muebles de madera que encajan entre sí. Son, al mismo tiempo, contenedor y contenido que conforman un solo volumen, lo que facilita la mudanza y, además, es sostenible. Están realizados artesanalmente de roble macizo con el fin de ofrecer una larga vida útil, y están concebidos para que sean montados y desmontados tantas veces como haga falta.
El concepto de la habitación portátil fue desarrollado por la firma austríaca Juust Design, formado por Julia Cancola y Stefan Prattes, e inspirado por su experiencia como estudiantes en el extranjero. Originalmente fue presentado en 2015 con el nombre de Travelbox, y se convirtió en poco tiempo en una propuesta potente que llamó la atención y encontró su nicho de mercado. Desde entonces ha evolucionado, manteniendo su esencia hasta llegar a su versión actual. Me atrevo a decir que el modelo Wanderbox hace una puesta en escena del decálogo de Dieter Rams, cuyos epígrafes son fáciles de identificar en sus formas, detalles e intenciones.
Incluye una cama de 1,20 m, un armario, una estantería, una mesa, dos bancos y espacio de almacenamiento. Todo empaquetado pesa 60 kg y mide 2 m x 1,25 m x 0,40 m. Otra de sus características originales es que dentro del bloque hay sitio suficiente como para alojar una bicicleta e incluso otras pertenencias, lo que suma más ventajas.
Es una historia de éxito total. Sin embargo, este conjunto se puede analizar de otra forma; haciendo énfasis, por ejemplo, en que fue una iniciativa que nació de estudiantes para estudiantes, y que, de alguna manera, buscó satisfacer sus necesidades dentro de ese contexto y de la movilidad internacional. En este punto me pregunto si esta propuesta es realmente práctica para alguien que va a vivir 4 meses fuera. O quién podría aprovechar al máximo este producto.
Puede ser que la Wanderbox sea un proyecto versátil, y que conecte a aquellos jóvenes de ayer con los profesionales que son hoy: solteros sin hijos que siguen dentro de una dinámica de movilidad laboral, valoran el buen diseño, y, a la vez, mantienen un gesto responsable hacia el medio ambiente.
Es una idea atractiva, pero poco realista en su ejecución o, dicho de otra manera: existe un conflicto económico y logístico. En su página web figura un precio aproximado de 3.600 €. ¿No resulta caro para un universitario, cuando en cualquier casa hay los utensilios básicos? Además, no hay que perder de vista el precio del transporte cada vez que te mudas. Y respecto a la huella ecológica, cabe comentar que esta será proporcional a la distancia recorrida. ¿Cuántas veces vas a cambiar de vivienda y vas a necesitar los mismos muebles? ¿Es verdaderamente ecológico?
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