Food Design Nation se plantea como una nación virtual, surgida de la necesidad de resolver la crisis alimentaria que se nos viene encima. Ha recogido la experiencia y el saber hacer de diversos food designers a lo largo de los últimos años, cada uno con un enfoque, una aproximación y una forma de entender esta disciplina. Food Design Nation podría agruparlos a todos ellos para tener un impacto real en la industria de este sector.
Food Design Nation es un ejemplo de las pocas cosas buenas que nacieron durante la pandemia, cuando los límites de movilidad terminaron de borrar la distancia, haciéndonos al mismo tiempo más conscientes de ella que nunca. Este proyecto se plantea como una nación virtual, surgida de la necesidad de resolver la crisis alimentaria que se nos viene encima. En estas mismas páginas hemos recogido la experiencia y el saber hacer de diversos food designers a lo largo de los últimos años, cada uno con un enfoque, una aproximación y una forma de entender esta disciplina. Food Design Nation podría agruparlos a todos ellos para tener un impacto real en la industria de este sector.
Y eso mismo pensó Nicole Vindel, fundadora de esta iniciativa y food artist. Nicole desarrolla su actividad creativa alrededor de la comida como materia y eje temático central. Con su trabajo cuestiona nuestra relación con la alimentación a través de propuestas como Honey, We Need to Talk, Sweet Demise o Juemai, que son un medio para la reflexión sobre un tema que nos a afecta todos. Pero ¿cómo pasar de la teoría a la acción? Durante el confinamiento, Vindel comprendió el potencial de estar conectados en Internet y lo líquidos que se habían vuelto los confines geográficos. Investigando conoció al arquitecto indio Jashan Sippy, y ambos se pusieron manos a la obra. ¿Cómo sería una nación sin fronteras? Apenas un año después de su gestación, Food Design Nation es un hecho.
En noviembre de 2020 lanzaron la plataforma digital —eje troncal de esta iniciativa— junto con una serie de eventos, también digitales, y una revista especializada que verá la luz este mismo mes de septiembre. Dichos eventos incluyen “safaris” con la idea de estudiar diferentes disciplinas que tengan una influencia directa en qué y cómo comemos; round tables, es decir, sobremesas que se celebran alrededor de almuerzos virtuales con comensales conectados desde distintas partes del mundo; o serendipity: una suerte de speed dating a través de Zoom para hablar de temas candentes y conectar a los participantes entre ellos.
Todas las acciones tienen una estructura temática y no dejan mucho espacio a la abstracción. El primer punto es el más acuciante: la democratización de la comida. ¿Cómo asegurar que todo ser humano tenga acceso a una alimentación nutritiva que garantice su supervivencia? Cada ciudadano de esta nación virtual comparte ideas para dar con una solución global. La cooperación y el intercambio de información son la clave.
Vindel, que también es docente, ve la educación como la herramienta más poderosa de cara al futuro, por lo que se ha asociado con la doctora Francesca Zampollo y su Online School of Food Design para generar transformaciones más profundas a medio plazo. Saben que las políticas alimentarias corren a cargo de gobiernos e instituciones y, a largo plazo, les gustaría tener presencia como asesores en el foro de Naciones Unidas o en el World Wide Forum. Después de todo, son una nación sin fronteras, por lo que no resulta tan descabellado.
Food Design Nation ya está en 47 países, ha constituido un parlamento interno y cuenta con embajadores que permiten que esta comunidad crezca. Un proyecto idealista y lleno de energía, pero con los pies en la tierra y un objetivo sorprendentemente claro y ambicioso: cambiar el mundo, al menos en lo que a la alimentación se refiere. Colgamos el teléfono después de hablar con Nicole convencidos de que es perfectamente posible, y nos viene a la cabeza aquella frase de la Bruja Avería en los ochenta: “Solo no puedes, con amigos sí”.