Las palabras Alva Noto, pseudónimo musical del artista visual Carsten Nicolai, remiten de inmediato al inventor Thomas Alva Edison y a la notación musical. Dicho de otro modo, Alva Noto es ‘el que inventa el sonido’. Pero los ámbitos sonoros no son lo único que este alemán desea expresar. También le interesa la imagen como noción geométrica, y es así cuando retoma su nombre: Carsten Nicolai. De hecho, su sello Raster-Noton es una prolongación de este concepto bicéfalo: una plataforma multiartista donde se entrecruzan proyectos de música, arte, ciencia y diseño.
Carsten Nicolai . α (alpha) pulse from studio carsten nicolai on Vimeo.
Pero que el músico y artista tenga dos cabezas no significa que estas no compartan un mismo corazón palpitando con sangre digital. Un buen ejemplo de esto es el disco Unit XT (2008). Carsten Nicolai tomó archivos de Powerpoint y los convirtió en información, para que acto seguido Alva Noto los transformase en datos sonoros con los que desarrollar las bases musicales del álbum. “Siempre me ha interesado más el sonido que la música. El sonido es un tema mucho más amplio”.
Nicolai, la cabeza conceptual, hace de las ‘frecuencias de sonidos’ geometrías y espectros de colores que recuerdan a Mark Rothko y a Theo Van Doesburg. Tan notable es la interrelación de disciplinas, que en ciertos estiramientos tónicos se intuyen gestos al estilo del pintor alemán Gerhard Richter: abstracciones donde el sonido se apelmaza para crear nuevas texturas. De hecho, las presentaciones de Alva Noto tienen más en común con una secuencia de ADN o una herramienta de edición de sonido, que con nuestro mundo figurativo.
Alva Noto/Carsten Nicolai es una rara avis a la búsqueda de contactar con otros seres capaces de comprender que la realidad ha sido definitivamente pixelizada. Hoy el canto de un pájaro puede ser convertido en un código de programación y un atardecer romántico, en unas proporciones perfectamente definidas en CMYK. Y tanto los componentes más ínfimos de la naturaleza, como el ser humano en toda su complejidad son susceptibles de ser deconstruidos en información absoluta. Una mínima expresión que ya no es la de los átomos, sino la de los unos y los ceros. Y esa es la materia que utiliza nuestro artista.
De hecho, sus colaboraciones con el músico japonés Ryuichi Sakamoto son otra manera más de tender puentes. Gracias a un idioma común se palía el choque estético de civilizaciones entre lo clásico contemporáneo (con su dependencia formal de sonidos provenientes de materiales nobles) y la electrónica secuenciada y áspera (resultado de haber transcendido el instrumento y su romanticismo).
Para aquellos que no vemos diferencias entre una escala musical, una progresión cromática y una imagen vectorizada, los artistas bicéfalos como Noto/Nicolai representan el factor común que ha unificado las artes por medio de un espíritu matemático. Algo que no sólo resulta renovador, sino positivamente universal. |