El pasado enero pudo verse, en la sede parisina de Carpenters Workshop Gallery, la exposición On Earth de Wonmin Park: 17 objetos que combinaban piedra volcánica japonesa y resina con gruesas planchas de acero y metales.
La entropía matérica de Wonmin Park
Cumpliendo el tópico geográfico, hacia oriente encontramos las civilizaciones cuna. Sociedades que conviven con olas de caos natural. Transformar dicho caos en mobiliario puede parecer contradictorio, superficial e innecesario. Sin embargo, el coreano Wonmin Park crea piezas con las que atraviesa la materia en busca de entropía, ese término fascinante, puente entre física y pensamiento filosófico. O lo que es lo mismo, un equilibrio que pone coto al comportamiento impredecible del universo latente tras seres vivos, piedras o células.
Por esa razón, diseñadores como Park se convierten en dioses de la sustancia moderna, cuya alquimia modela ese desorden. Algo que ya vimos en Mono-ha: el movimiento coreano-japonés que en los años 70 del siglo XX reivindicó —a modo de resaca creativa ante el desvarío nuclear— la intervención humana en la naturaleza como vía de reflexión. Solo tenemos que ver el Phase–Mother Earth, de Nobuo Sekine, para entenderlo. Dotar de función a la escultura y basarse en una corriente artística muy anterior al propio Park, hace que su obra resulte interesante.
On Earth en la Carpenters Workshop Gallery
Como milenial nacido en Seúl y diseñador por Eindhoven en 2011 —con estudio en Rotterdam y París—, Park no ha pasado desapercibido para Carpenters Workshop Gallery, en cuya sede parisina pudo verse hasta primeros de enero la exposición On Earth: 17 objetos que combinan, por un lado, piedra volcánica japonesa y resina y, por otro, gruesas planchas de acero y metales que se disimulan y entrelazan, en ocasiones bajo la poesía del óxido. El conjunto busca ser testimonio del paso del tiempo y de la manera en la que el universo envuelve todo lo que quiere devolver a su aspecto original.
Podríamos decir que Wonmin Park quiere hablar de entropía en forma de sillas, bancos y mesas. Para ello, pule las zonas que no quieren ser naturales, deja en textura rugosa aquellos componentes que mantienen su identidad y colorea los elementos que admiten la oxidación hipnótica: cobre verdeado, plata turbia y corten desbocado. Menos es menos y más, es más: en la entropía de la naturaleza no cabe Mies Van der Rohe. Cualquier otra actitud dejaría el David de Miguel Ángel en un bloque bajo las montañas de Carrara.
En pleno conflicto ruso-ucraniano —con el miedo nuclear como telón de fondo—, On Earth hace un homenaje historicista, pertinente y oportuno al movimiento Mono-ha. Esta colección nos invita a ver cómo lo extraordinario se integra en lo ordinario sin grandilocuencia y simulando lo natural. Recordemos que somos humanos y que doblegamos la naturaleza mientras nos oxidamos, desaparecemos y, al fin, perdemos la partida.
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