Murasaki Penguin Totsuka. La última arquitectura imposible de Kengo Kuma en Yokohama

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En una topografía urbana imposible, el estudio de Kengo Kuma se sobrepone a todas las dificultades para crear un espacio amplio, dinámico y motivador para los niños y un magnífico equipamiento cultural para la ciudad, tirando de maestría técnica e imaginación proyectual.

La magia del triángulo irregular en el nuevo proyecto Kengo Kuma

Durante el acto de presentación de este edificio, Kengo Kuma explicó lo que él llama “la magia del triángulo” como la consecuencia psicológica del teorema de Pitágoras sobre la percepción del espacio. La utilización del triángulo como base de una construcción —en vez de las habituales formas cuadradas o rectangulares— favorece una percepción más amplia, expansiva y abierta en una superficie por el predominio de la diagonal, siempre mayor que los lados del cuadrilátero.

Kengo Kuma. triángulo irregular. arquitectura imposible. centro de artes
Foto: Keishin Horikoshi

Esta idea es el hallazgo crucial —tan simple como brillante— para resolver un proyecto que consiste, precisamente, en generar espacio dentro de un enclave endemoniado y aparentemente imposible: una pequeña plataforma elevada entre muros de contención y arquitecturas muy próximas.

Kengo Kuma. triángulo irregular. arquitectura imposible. centro de artes
Foto: Keishin Horikoshi

El programa se divide en una guardería infantil y en un auditorio multimedia. Uno ubicado en lo alto, bañado por la luz natural; el otro, bajo el nivel de la plataforma, optimizado su rendimiento por un sofisticado sistema de iluminación artificial. Kuma alude a los legendarios dones de Froebel, el juego infantil de piezas geométricas del siglo XIX y cuya influencia sobre Frank Lloyd Wright —tan importante para los arquitectos japoneses— es de sobra conocida. También se percibe la referencia al Tsumiki, un juego japonés muy similar del que el arquitecto ha desarrollado una variante basada en el triángulo —y en el engarce de componentes más que en su apilamiento— en colaboración con el músico Ryuichi Sakamoto.

Kengo Kuma. triángulo irregular. arquitectura imposible. centro de artes
Foto: Keishin Horikoshi

Centro de artes y guardería dentro de una arquitectura imposible

Murasaki Penguin son dos volúmenes de matriz triangular, situados sobre una superficie a mitad de las cotas señaladas por dos grandes farallones macizos. Apenas hay hueco, pero la magia de la geometría lo inventa. Incluso la instalación de maquinaria de construcción es complicada —dicen desde el estudio—, pero ahí reside su acreditada maestría: en el uso de estructuras y revestimientos prefabricados de madera para acudir en su auxilio. Los dos bloques quedan atados entre sí por unos elegantes tirantes ligeros de fibra de carbono de última generación, calculados por el ingeniero Nohiru Ejiri.

Kengo Kuma. triángulo irregular. arquitectura imposible. centro de artes
Foto: Keishin Horikoshi

La parte posterior alberga la guardería, abierta al entorno por medio de grandes vidrieras alojadas en los intersticios de la piel. Allí los niños juegan y aprenden del espacio vertical, indeterminado a medida que crece lleno de pliegues. La fresca dinámica espacial de los trabajos del primer Gehry —el mejor Gehry— viene enseguida a la memoria. Un lugar que se despliega armonioso como un origami donde los pequeños ven desafiada su curiosidad y su afán de descubrimiento e indagación a través de lo lúdico, lo que justamente buscaba Friedrich Froebel con sus artefactos.

triángulo irregular. arquitectura imposible. centro de artes
Foto: Keishin Horikoshi
Kengo Kuma. triángulo irregular. arquitectura imposible. centro de artes
Foto: Keishin Horikoshi

De esta zona desciende una escalera encerrada entre fragantes laminados de alerce, que conduce al auditorio en un piso inferior. Un delicioso ámbito escénico rematado también en punta para favorecer de nuevo la amplitud y la sensación de altura a partir de un área reducida. Kengo Kuma lo ha resuelto con todo en contra. Desde el emplazamiento imposible hasta la normativa sobre estrictas distancias de seguridad antiincendios. Un hecho que pone a prueba los recursos del estudio manejándose con el 3D y la proverbial pericia de los despachos nipones para trabajar con las manos, elaborando y alterando maquetas una y otra vez hasta hallar la solución justa. Técnica y talento aliados para bailar en una baldosa y sacar petróleo de una grieta, una anfractuosa callosidad urbana. Como un vergel en el desierto, esas cosas que solo la buena arquitectura hace posible a veces.     

triángulo irregular. arquitectura imposible. centro de artes
Foto: Keishin Horikoshi

En este enlace puedes leer más sobre otros proyectos de Kengo Kuma.

¿Qué es Murasaki Penguin Totsuka?

Una guardería infantil y un auditorio multimedia en Yokohama.

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