An Atlas of Superpower es una isla situada dentro de un centro comercial. Un espacio ficticio diseñado por waa (we architects anonymous) para la ciudad de Pekín que se inspira en el paisaje de un oasis remoto, donde la realidad queda distorsionada y se invita a que se vuelva a descubrir. Un enclave en el que la arquitectura conecta con el cuerpo a través del movimiento y el juego.
Atlas of superpower. La escenografía de una isla
El teatro es un lugar en el que, por un breve instante, todo parece posible. La fuerza del escenario nos hace olvidar las reglas del mundo que habitamos y delimita un ámbito muy preciso para la ficción. El planteamiento de waa en An Atlas of Superpower bebe precisamente de esta premisa. El proyecto se encaja dentro de una planta de un edificio, no tiene vistas al exterior ni conexión con el resto de espacios y se ilumina cenitalmente para que nos olvidemos de lo que está pasando fuera. Se trata de una escenografía que nos traslada a un sitio remoto de manera abstracta, pero creíble. Una dimensión para saltar, trepar o deslizarse que entendemos imposible en otro contexto.
Los arquitectos se han inspirado en los cactus para elaborar las diferentes estaciones, cada una de ellas relacionada con una cualidad o con especie de estas plantas. Así vemos cómo las superficies se hunden, se pliegan o se estiran. Las estructuras se construyeron en una combinación de madera y metal, lo que permitió resolver el trabajo en un plazo de 2 meses y medio. Los acabados blandos, los colores y las formas conjugan un lenguaje común que acompaña en el trampantojo. De ese modo no resulta difícil viajar al universo que se nos presenta.
La isla de los súper poderes
La intervención de waa para An Atlas of Superpower encaja en el tipo de propuestas que juguetean con el cartón piedra en los parques de atracciones. Sin embargo, la labor de abstracción que han puesto en práctica los arquitectos, tanto a nivel formal como en los acabados o en la interacción con las distintas piezas, hace que este ambiente consiga emocionar. No cuesta olvidarse de la edad o del ligamento cruzado de la rodilla para dejarse llevar por la alegría desenfrenada. Ni tampoco contagiarse de esos superpoderes para dejar de pensar la arquitectura desde la función y hacerlo con el cuerpo.
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Es una instalación que pretende explorar la relación del espacio con los cuerpos de los visitantes a través del movimiento y del juego.
El conjunto se plantea como una escenografía de una isla remota en la que los organismos vivos se distorsionan y adquieren superpoderes.
