¿Quién es realmente Carme Pinós? La primera retrospectiva sobre una de las principales representantes de la arquitectura contemporánea española reúne— bajo los techos del madrileño Museo ICO—cientos de imágenes, dibujos y maquetas de la prolífica arquitecta catalana. Una muestra, comisariada por Luis Fernández-Galiano, que forma parte de la programación del Madrid Design Festival 2021 y que permanecerá abierta al público hasta el 9 de mayo.
La arquitectura de Carme Pinós más allá de Enric Miralles
Coincidiendo con la fecha en la que se cumplen tres décadas del inicio de su andadura en solitario, la exposición busca precisamente ensalzar la carrera y la figura de Carme Pinós, otorgándole una voz propia más allá de la alargada sombra de Enric Miralles. Junto al que fuera su pareja profesional y sentimental durante casi diez años, firmó excelentes creaciones como el inolvidable Cementerio de Igualada, uno de los más importantes hitos de la arquitectura española del último siglo.
La influencia de esa etapa es innegable en la trayectoria de Carme Pinós. La exhibición añade el subtítulo 8+80, no queriendo ocultar la importancia fundacional de esas ocho obras junto al malogrado arquitecto –quien, hasta su fallecimiento en el año 2000, continuó junto a Benedetta Tagliabue bajo las siglas EMBT–, pero sí enfrentarlas a la inmensa producción de estos otros 80 proyectos individuales.
Carme Pinós. Escenarios para la vida comienza aludiendo a este periodo con una primera sección escueta, aunque profundamente emocional. En ella, el blanco y negro de paredes y fotografías en gran tamaño solo se ve interrumpido por la madera de cuatro grandes archivadores exentos sobre plintos oscuros. Bajo una cuidada iluminación, estas piezas clausuradas tras la muerte de Miralles contienen en su infranqueable interior el repertorio de planos del estudio que ambos fundaron.
Carme Pinós: 80 obras en 30 años en el Museo ICO
La rampa de acceso a la planta principal del Museo ICO funciona como una suerte de ruptura y transición entre el ambiente lúgubre, de ese primer tramo, y el frenesí de arquitecturas expuestas en la estancia central. Las 80 obras presentadas no siguen un orden cronológico, sino que se van agrupando en relaciones tipológicas, formales, conceptuales o por su vinculación con el contexto en el que se ubican. El espacio se configura mediante unas paredes semicurvadas, que generan un libre flujo de recorridos a la vez que sirven como soporte de dibujos, croquis, fotografías, etc. Estos elementos verticales a menudo se recortan y pliegan en sus bordes, creando pequeñas ventanas que sostienen maquetas en sus alféizares y trazan conexiones visuales con los trabajos situados al otro lado.
La museografía —diseñada por la propia Carme Pinós en colaboración con Arquitectura Viva—establece un orden intencionadamente no jerárquico. Esto lleva al visitante a perderse en el imaginario de la protagonista, en el que aparecen sin estridencias sus edificios e intervenciones más reconocidas: el Caixaforum de Zaragoza, la ampliación del Hotel Son Brull de Pollença, la Torre Cube en la ciudad mexicana de Guadalajara o la triple actuación en la plaza barcelonesa de la Gardunya, detrás del Mercado de la Boquería, junto a algunas de sus propuestas más recientes, como el MPavilion, completado en Melbourne en 2018.
Dos vídeos apoyan la muestra. El primero ayuda a resituarse tras ese delicioso divagar sin rumbo entre su heterogéneo corpus arquitectónico. El segundo, a modo de entrevista, pone la guinda a la exposición tras ascender a la pequeña mezzanine del Museo ICO. Sobre el suelo de madera, una sencilla recreación del estudio y la biblioteca de Carme Pinós permite sumergirse en su cabeza, bucear entre las influencias y las reflexiones detrás de su arquitectura.
1991
El paseo marítimo de Torrevieja, el Caixaforum de Zaragoza, la Torre Cube de Guadalajara, la triple actuación en la plaza barcelonesa de la Gardunya, el MPavilion de Melbourne o el Plan General del centro histórico de Saint Dizier.
El Cementerio de Igualada
