De la mano de Kevin Durant Charity Foundation (KDCF), el artista, ilustrador y grafitero de Nueva York Timothy Goodman realiza en Brooklyn una de sus propuestas más grandes: cubre al completo una cancha de baloncesto para estudiantes.
Las nuevas imágenes de las marcas
Nuestro cerebro recibe entre 3000 y 5000 avisos publicitarios al día. La saturación visual a la que estamos sometidos es ahora mayor que nunca, y por eso las empresas buscan dar con una fórmula para destacar sobre las demás. Cada vez está más de moda que las marcas hagan colaboraciones con artistas y/o diseñadores, con el fin de que el público reaccione a un contenido reconocible, nuevo y atractivo. El éxito de retención de la imagen —y, por lo tanto, del producto— es mayor.
Timothy Goodman acumula en su currículum una gran cantidad de trabajos de este estilo. Google, Samsung, MoMa o Uniqlo, entre otras, han requerido de su característico arte para impulsarse en momentos puntuales.
Encargo XXL
El jugador estadounidense de la NBA Kevin Durant creó en el 2013 una fundación, que trata de mejorar la vida de jóvenes en riesgo de exclusión a través de programas educativos, sociales y deportivos. Por esa razón, a principios de este año decidieron contar con Timothy Goodman para realizar un dibujo de más de 500 m² sobre el pavimento de la cancha de una escuela en Brooklyn. “Crear arte público para niños y comunidades ha sido mi objetivo a lo largo de los años, y como gran fan del baloncesto y de Kevin Durant, este fue un sueño de proyecto para mí».
En febrero comenzaba la fase 1, en la que decenas de estudiantes sugirieron ideas al artista para cumplimentar el gran lienzo. La fase 2 tardó en llegar: la crisis del coronavirus aplazó la realización del encargo.
Sobre el terreno
Una vez superada la pausa por la covid-19, Timothy Goodman y un equipo de cuatro asistentes regresaron al colegio, y en tan solo seis días completaron su obra. Para empezar, rellenaron con acrílico los círculos de la cancha con caligrafía. Las palabras FUTURE/WORK HARD! y BELIEVE/COMMUNITY, destacaban en negro junto a los números de la escuela sobre el fondo celeste, rojo y naranja.
El resto del suelo, sin ningún color, lo completa un trazo grueso acrílico blanco. Una porción de pizza, coches, corazones, gafas o material deportivo son algunos de los miles de motivos plasmados sobre el asfalto oscuro.
Goodman admite que Haring y Basquiat son sus referentes artísticos, de los que parece que toma libertad y estilo respectivamente. La ilustración divertida y con ritmo podría ser sinónima de la de la joven Lauren Asta, y los gráficos tan abigarrados son similares a los de los murales de Jon Burgerman.
Sin duda alguna, el resultado final se retiene con facilidad: la fundación ha conseguido generar una imagen de potente impacto que invita a los jóvenes a disfrutar del deporte. Pero lo más importante no ha sido el dibujo, si no la unión, el punto de encuentro y el mensaje positivo que supone esta acción.