Modernista. Barroco. Manierista. Funcionalista. Ecléctico. En esta época en la que nos obsesiona etiquetarlo todo, reconforta encontrarse con una propuesta donde conviven con total normalidad tendencias de lo más dispares. Una arquitectura híbrida, confusa e irregular —en ocasiones hasta equívoca— que, alejada de cualquier tipo de dogmas, muestra la verdad en su totalidad. Hablamos de The Imprint, la última incorporación a Paradise City, un nuevo complejo de entretenimiento y atracciones hoteleras diseñado por el estudio de arquitectura holandés MVRDV Architects en Seúl.
La sofisticada simpleza que proclama el modernismo configura the Imprint. La forma sigue a la función. Dos volúmenes sin ventanas que albergan un club nocturno y un parque temático cubierto alrededor de una gran plaza. El punto de partida ha sido no caer en una mera colección de objetos heterogéneos sin relación, algo que obsesionaba al cliente; a partir de aquí, inflexión. El conjunto se inclina hacia otra cosa. Se rescata y reinterpreta la idea de tinglado decorado. Y es que puede que la posmodernidad fracasara como estilo, pero queda demostrado que triunfó como ideología.
Así, el planteamiento algo kitsch y atrevido de las fachadas consigue la ansiada conexión con el entorno. 4.000 paneles de fibra de vidrio y cemento, todos diferentes —sobre ellos se reflejan los alzados y las sombras de los edificios colindantes, pintados en blanco y dorado—, que sirven para resaltar el relieve en el diseño y reforzar la iluminación nocturna. Actúan también como cartel publicitario, atrayendo la atención de los visitantes de la ciudad ya desde el avión. De remate, la enésima incoherencia. El ilusionismo óptico de Alicia en el país de las maravillas versus el realismo mágico de Giorgio de Chirico. Las entradas se levantan como un telón teatral. Cada frente parece derretirse y moverse casi sin saber por qué, lo que permite vislumbrar qué está sucediendo en el interior. Espectáculos nocturnos y espejos de colores que al salir el sol desembocan en paisajes solitarios y naturalezas muertas.
Denise Scott Brown y Robert Venturi revolucionaban el pensamiento crítico defendiendo que los ejes fundamentales de la buena arquitectura son la complejidad y sus contradicciones. Medio siglo después, Maas, van Rijs y de Vries difuminan el límite entre esta y el arte con una compilación de maravillosos disparates. Además, rubrican que, definitivamente, less is bore.
