Referencias como el Pabellón de Barcelona de Mies van der Rohe parecen estar siempre al acecho en el mundo creativo; y los espacios efímeros son el lugar perfecto para homenajear estos epitomes. Es el caso de LivinGreen Pavilion, el diseño de Welcome Design para Marbella Design & Art. Una instalación donde el estudio de Mar Vera dejaba claras sus intenciones al crear un ambiente que no temía explorar nuevas narrativas mientras celebraba la herencia del arquitecto alemán.
Con el Pabellón de Barcelona en el espejo
LivinGreen Pavilion abrazaba la pureza y la elegancia precisa que definieron al famoso Pabellón de Mies, pero añadiendo una variable más: la tridimensionalidad. El estudio Welcome Design abandonó así el lenguaje prototípico de la composición bidimensional mediante planos para apostar por el diseño volumétrico. De esa manera, introdujo una sucesión de plataformas en distintos niveles a modo de topografía, que dinamizaba el recorrido y desdibujaba la frontera entre interior y exterior.
Al final de todo este circuito por las mesetas, nos topábamos con el clímax espacial: un estanque cuidadosamente integrado. Esta lámina de agua reflejaba las texturas marmóreas —de Iris Cerámica Group— en tonos verdes, a la vez que añadía el sonido sutil del agua como un recurso que enriquecía la experiencia sensorial. Como refuerzo a este destino visual, el techo negro —que previamente funcionaba de telón de fondo— se convirtió en una superficie espejada que terminaba por desmaterializar los límites físicos.
Welcome Design y la importancia del cromatismo
El hilo conductor de LivinGreen Pavilion se definía también por su paleta cromática: verdes profundos, amarillos dorados y tonos ocres que evocaban la serenidad del otoño mediterráneo. Aplicados en los mármoles, estos transmitían la atemporalidad del clasicismo multiplicando la dimensión del entorno por su acabado reflectante. Sin embargo, estas tonalidades no solo se empleaban en los materiales, sino que se extendían a los revestimientos y wallpapers, como los de Arte y Tela con Organoid, donde las sombras de hojas y siluetas vegetales parecían traer la naturaleza hacia este hall.
Asimismo, las formas orgánicas del mobiliario de Missana contrastaban con la rigidez geométrica de todo el conjunto; una especie de grieta en el racionalismo germánico que terminaba aportando cierta naturalidad al pabellón. Estas piezas parecían emerger en la escenografía como una extensión más de esta. Mientras que la iluminación —proyectada en colaboración con Egoluce— añadía un equilibrio complejo por medio de líneas de luz, que amplificaban la magnitud de la instalación y generaban una atmósfera envolvente.
Con todo ello, Welcome Design demostró que podía recoger los valores de la Bauhaus para llevarlos a un terreno sensorial y contemporáneo; por eso más que un homenaje al Pabellón de Barcelona de Mies van der Rohe, LivinGreen Pavilion era una exploración para experimentar, arriesgar y transformar. Cada uno de sus detalles, desde el runrún del agua hasta la calidez de los acabados, era una prueba de lo que ocurre cuando se combina rigor con libertad creativa. Y es que, en un contexto donde lo efímero facilita intervenir sin miedo, Welcome Design nos mostró que la herencia arquitectónica puede alzarse como punto de partida para construir espacios que conmueven, inspiran y, sobre todo, permanecen en la memoria.
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Es una feria ubicada en Marbella que combina el arte contemporáneo y diseño de interiores.
