Allá por mayo de 2017, cuando el Colectivo La Cosa aún no estaba conformado como tal, ya les dedicábamos desde ROOM un espacio a su primer proyecto, el que daría nombre al grupo un tiempo después, y es que dar muerte digna y creativa a una vivienda justo antes de ser derruida resulta sugestivo de antemano. Ellos eligieron ya en aquella ocasión el espacio expositivo como formato final de la obra, restauraron la casa y organizaron una sucesión de eventos marcados por la urgencia del derribo. Eligieron también sin saberlo ligar el inicio de su trayectoria a la historia de un lugar: meses después regresaban a la vivienda del barrio de Prosperidad ya convertida solar, con una propuesta que quedaría enmarcada en el Madrid Design Festival 2018.
Soynard, una piedra y todo por la ventana rinde homenaje a la piedra que soportó aquel hogar anónimo y hace mención a Próspero Soynard que ya especulaba con sus tierras en el barrio hace más de siglo y medio. Es una acción performática que se vale de los medios constructivos tradicionales para transformar los escombros en tres estructuras, que aluden a tres momentos temporales, y sirven de reminiscencia hacia una idea de hogar y confort. El resultado: diseño mobiliario tallado a pala en un terreno de arena, con la escala y los materiales propios de un escultor que trabaja en términos del Land Art. Con este proyecto cierran un círculo. Es de nuevo una intervención artística pero de carga conceptual más sutil y definida que en los orígenes. Vuelve a ser un soporte expositivo pero, en esta ocasión, acompañado de una labor de comisariado de mayor rigor que programó las acciones Studio La cube, Julen Ussía y Javier Montoro en el espacio, encima de la obra.
Partiendo de sus profesiones Pablo, Álvaro y Andrés han hecho de la arquitectura, el diseño gráfico y mobiliario la base de un colectivo que en esta ocasión se ha visto desbordado por la interacción de multitud de personajes, disciplinas y relatos literarios que invadían la propuesta. Aun así han conseguido hablar de lo que querían y el eje especulación territorial, memoria, diseño y gestión cultural funcionó sin causar destrozos. Esperamos lo próximo.
