Joan Folch Arquitectes, desde su estudio en Martorell, han edificado una residencia de apariencia pétrea debido a sus vuelos y pliegues hormigonados, pero cuya parte interna se convierte en una sorpresa diáfana y luminosa con los inmensos ventanales de Technal.
En la localidad barcelonesa de Matadepera, al norte de Terrassa, Joan Folch y su equipo han proyectado una vivienda llena de contrastes. Su robustez y corpulencia exterior se opone a la fluidez y ligereza de su interior. Desde fuera, el volumen de hormigones y grandes voladizos gravita en diferentes alineaciones sobre el piso inferior, ampliándolo e iluminándolo por una estructura vidriada que conoce la gracia de estar al máximo orientada al sur.
La elegante funcionalidad de Joan Folch
Desde Folch Arquitectes han querido jugar con la geometría. A pesar de su indiscutible protagonismo en la construcción, resulta también llamativo su uso oblicuo con respecto a la parcela. Estos vuelos y cortes, como pliegues superpuestos de un cuerpo paralelepípedo, dotan al conjunto de un dinamismo trascendental. Quizá todo ello quede explicitado en el aluminio gris grafito que —diagonalmente y en una de las esquinas de la casa— reviste el porche, escondiendo y protegiendo la puerta de entrada.
Sin embargo, es curioso comprobar que toda la casa se configura en torno a un patio central y a una planta baja diáfana que alberga las principales áreas para vivir. El dilatadísimo salón-comedor se convierte en la estancia protagonista, así como también se halla en ella un patio ajardinado, una cocina —basada en una isla de cocción donde se ha reducido el detallismo al mínimo— y unas escaleras suspendidas que dirigen el camino hacia las habitaciones de carácter más privado.
La suite, con escaleras propias, vestidor y baño con lucernario, ha sido situada un metro por encima del resto para mayor intimidad. En el sótano se encuentra la piscina soterrada; a través de una serie de incisiones que generan dobles espacios, la luz penetra y se refleja en los muros de hormigón, sorprendiendo con un auténtico mestizaje de texturas.
La luz de Technal
Precisamente, la entrada de esa luz y su expansión por la casa no se debe solo a las enormes cristaleras con ventanales de suelo a techo o al empleo de un mobiliario revestido de tonos neutros y madera listonada. Para que este diseño quedase completamente transparente en sus prestaciones, era necesario que los cerramientos de aluminio de Technal cumpliesen su función y que las conexiones interior-exterior estuviesen libres de cualquier impedimento visual.
De ese modo, con la intención de que esa diferenciación entre dentro y fuera se viese difusa, Technal ha instalado en el salón la corredera ARTLINE XL —de 8 metros de largo, dividida en dos hojas de 4 metros—. El lucernario se ha creado gracias al muro cortina GEODE, que amplía la acogida de luz natural, mientras que en la suite se ha colocado una pivotante SOLEAL 65. La misma clase, pero de hoja oculta, se ha usado para las ventanas en huecos practicables de otras zonas de la vivienda.
Para la cocina —construida por Rekker bajo el modelo Roka en porcelánico— con isla y muebles simplificados y en paralelo, se ha utilizado una corredera de hoja oculta LUMEAL XXL, que viene pintiparada para ambientes de grandes dimensiones donde existe un vacío preeminente.
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Joan Folch Filella es un arquitecto catalán con más de 30 años de experiencia, fundando el estudio Joan Folch Arquitectes en el año 1989 en el municipio barcelonés de Martorell. Su obra destaca por sus proyectos minimalistas no exentos de rigor en la funcionalidad.
Technal es una firma de francesa que se dedica a la fabricación y comercialización de sistemas de carpintería de aluminio para la arquitectura y la decoración.
Situado en la provincia de Barcelona, este municipio se sitúa a los pies de Sant Llorenç del Munt, en la comarca del Vallés Occidental. Se halla a apenas 6 kilómetros de Tarrasa, 10 km de Sabadell y para llegar a la ciudad condal hay que recorrer 30 km.
