El principal asentamiento urbano de Bacalar estrena un ecoparque realizado por el estudio Colectivo C733. Un parque de color azul que busca nuevas formas de romper la línea que dibuja la costa y de relacionar la ciudad con el agua.
Desdibujar la costa de la Laguna de Bacalar
Bacalar es el asentamiento más relevante del entorno de la Laguna, y uno de los pocos cuerpos de agua permanente en Yucatán. De origen colonial, su proporción alargada hace que cuente con varios kilómetros de costa y una configuración renacentista que se va ajustando al margen que dibuja. Y uno de esos recortes de terreno entre el agua y la trama urbana regular ha servido como emplazamiento para el nuevo ecoparque del estudio Colectivo C733.
El planteamiento se ha basado en trazar un recorrido por encima de los manglares, con el fin de aprovechar la escasa profundidad e introducir en la ciudad una nueva manzana hecha de agua. Para ello, los arquitectos se han inventado un espigón que se dobla en cuatro esquinas, con el que generan un paseo cerrado a modo de jaula para la mirada. El cuadrado —de 200 metros de lado— parece tomar su inspiración de las clásicas manzanas coloniales; sin embargo, la dirección de sus bordes queda girada respecto a la de las calles, y los trazados acaban orientándose hacia los puntos cardinales. Así, la figura resultante gana representatividad y sirve de marco para el área que queda dentro de sus límites.
Un ecoparque de agua
El tratamiento que los integrantes de Colectivo C733 hacen del proyecto se asemeja al de una pieza de land art. Ya sea por su construcción sencilla en una estructura de madera sobre unos pilotes hincados en el agua o por el contraste de las líneas rectas frente al crecimiento orgánico del manglar. Todo ello provoca un juego de continente y contenido entre las pasarelas y el territorio que queda dentro como si, de alguna manera, se hubiera conquistado una nueva urbe acuática.
Cuesta entender la mirada ecológica que se anuncia en el nombre de la propuesta, más allá de que los nuevos muelles han tratado de respetar al máximo la vegetación existente. Acercar a los visitantes y los bañistas al manglar hace difícil la protección de cualquier ecosistema, no obstante, esta estrategia aporta nuevas cualidades al contexto urbano. Y es que el valor de los paisajes naturales en las ciudades depende enormemente del uso que puedan hacer de ellos los usuarios.
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La laguna de Bacalar es uno de los pocos cuerpos de agua estables de la península de Yucatán, en México
Los arquitectos de C733 han construido un muelle que genera un paseo sobre el manglar de la costa de la laguna y que acerca el paisaje a la ciudad.
