¿Función o forma? La eterna pregunta. Personalmente tengo un debate interno, pero siempre acaba ganando la función: la forma sin función no es diseño. No me malinterpreten, no soy quién para juzgar qué es y qué no es diseño. Me refiero a que la forma sin función produce un objeto decorativo más o menos interesante, más o menos “bonito”, más o menos escultural… Pero que no te facilita la vida ni te presta ningún servicio.
No obstante un objeto, por muy funcional que sea, debe tener una apariencia interesante o por lo menos bien acabada, es decir, que no sea fortuita. De otra manera sería exclusivamente un objeto más de los muchos que, en sus diversas formas, cumplen igual de bien su función.
En esta pieza de Orla Reynolds, sencilla, discreta y casi humilde, la función predomina claramente sobre la forma. Ésta ha tomado su aspecto más comedido no queriendo ser protagonista, quedándose casi en el croquis, como el dibujo del alzado que debió ser el comienzo de esta estantería que, además de libros y jarrones, guarda más cosas.
Sin entrar a valorar los colores, que me parecen lo de menos, el diseño de estos muebles radica precisamente en la sutileza de su forma. Y dicho esto, no sé muy bien cómo concluir este artículo, ya que empecé defendiendo la función, y he acabado casi otorgando el mérito a la forma. Así que diré que por buen diseño entiendo un objeto funcional cuya forma esté bien acabada, sin casualidades ni descuidos.
