Imagina despertarte en plena naturaleza, sentir la brisa matutina y contemplar el mundo desde las alturas. Esa fantasía infantil de construir una casa en el árbol se ha convertido de un modo épico gracias a la empresa estadounidense Artistree Home, que ha erigido la cabaña Spyglass at Hometree con una cuidada forma abovedada en el valle de Sonoma, en California.
Inspiración para una casa árbol
La teoría de los puntos de Steve Jobs dice que la vida se entiende cuando miramos hacia atrás y unimos los puntos que nos trajeron hasta aquí; cuando identificamos las cosas que sucedieron para que el presente sea como es. Si buscásemos en la infancia de Will Beilharz —fundador de Artistree Home—, probablemente encontremos a un niño aventurero que pasaba horas en la naturaleza experimentando y probando con lo que tenía a su alcance. Años más tarde, aquel momento en el que cogió una hoja caída y la convirtió en un pequeño tubo para mirar a través de él vino a su memoria y pudo transformar ese recuerdo en el diseño de Spyglass at Hometree.
“Con un corte dinámico en cada extremo, la forma cilíndrica adquiere el movimiento dinámico de la hoja plegada”, explica Beilharz. Todos los materiales empleados en esta obra están pensados para integrarse con el entorno y con la secuoya sobre la que descansa la estructura de la casa. Un pequeño puente nos da paso a la vivienda, que se eleva 8 metros desde la parte baja de la ladera. Una plataforma de metal negro se sostiene sobre postes de acero cubiertos con tejas de apariencia oxidada, concebidas para imitar el color y la textura de la corteza de la secuoya. La madera usada para el revestimiento es Pino Albar modificado térmicamente y con certificado PEFC, lo que garantiza su origen sostenible.
La habitabilidad es posible gracias a tres capas de aislamiento con bloques de lana de cáñamo, una capa de espuma de aerosol de células cerradas, una barrera radiante, una bomba de calor que gestiona el agua caliente y un split que carga de calefacción y refrigeración. Todo esto hace que se reduzca la huella de carbono general, pero también que se asegure el confort para quienes decidan aventurarse y pasar una noche en la copa de la secuoya.
Lujo de altura
Una vez se atraviesa la pasarela, nos adentramos en una pequeña cocina con todo lo imprescindible para nuestro retiro de la civilización; mientras que en el otro lado hallamos el baño con un cristal panorámico hacia la estancia y envuelto con pequeños azulejos hexagonales. Al final de este catalejo, se ubica la zona de descanso con la cama, un pequeño sofá, el acceso a un terrado con jacuzzi y una mesa perfecta para el desayuno. “Incluso después de haber diseñado la estructura, todavía me sorprende cómo el espacio puede ser al mismo tiempo relajante y emocionante, como la combinación de un spa y un parque infantil”, comenta Will Beilharz.
Imagina de nuevo despertar en plena naturaleza, prepararte una taza de café caliente, salir a la terraza y sentarte a escuchar todo eso que en el día a día es imposible. El mundo se detiene por un instante y, entonces, desbloqueas ese instante de la infancia donde soñaste con levantarte un día en la casa de un árbol. Sonríes y te das cuenta de que, finalmente, los puntos conectan.
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En el valle de Sonoma, en California.
