Objetos con carga emocional más allá de la funcionalidad. Propuestas que transgreden lo convencional y atrapan la mirada del observador. Ese es el universo en el que se mueve la galerista Rossana Orlandi, una exploradora optimista de nuevas experiencias que por encima de todo confía en el futuro del diseño.
Amor por el Collectible Design
Es una de las voces más prestigiosas del diseño. Una figura reconocida que en poco más de diez años ha logrado posicionarse como un nombre de referencia internacional. Una conversación con Rossana Orlandi es una cita con alguien que oscila entre la timidez y la seguridad en sí misma. Una persona celosa de su vida privada, que se esconde detrás de sus grandes gafas, pero que, poco a poco, se relaja y se entusiasma al hablar de su trabajo. Desde su rincón en el barrio de Magenta -dos pisos rodeados de un coqueto jardín-, la galerista milanesa apuesta por el mobiliario contemporáneo y vintage, y especialmente por las piezas únicas y las ediciones limitadas. Entre showroom y galería, y con un café-restaurante llamado Pane e Acqua, el Spazio Orlandi se ha convertido en un lugar de referencia que funciona, además, como base de operaciones para esta amante de los espíritus libres
ROOM Diseño.- ¿Es esta una buena época para el diseño de producto? ¿Qué ha cambiado desde que usted empezó?
Rossana Orlandi.- Podemos decir que hoy en día el diseño es más reconocido y valorado, aunque a la vez se producen demasiadas cosas y eso hace más complicado el mercado. De todos modos, los diseñadores tienen hoy más claros sus objetivos y sus ideas; saben más de precios y de calidad. Por mi parte, he cumplido mis expectativas. Desde que comencé no han dejado de venir a mí creadores a ofrecerme sus piezas y clientes a pedirme objetos nuevos. Me siguen entusiasmando tanto las grandes propuestas para coleccionistas, como el buen diseño económico que entra en los hogares: contemporáneo, bien hecho y con buen gusto.
Me gusta ver a los diseñadores en sus talleres. Observándolos de cerca puedo entender si tienen posibilidades de madurar o si simplemente tuvieron suerte con una pieza y eso es todo
Rossana Orlandi
El talento de Rossana Orlandi
El mayor acierto de la influyente Orlandi es su capacidad para detectar, descubrir y potenciar a jóvenes talentos de todas partes del mundo. No le faltan ojo avizor ni olfato crítico para vislumbrar quién tiene futuro, dónde hay “sustancia” y hasta dónde empujar. Se rinde con admiración ante la creatividad y la originalidad. Y quien cae en sus manos ve reforzada su proyección en la escena profesional. “Tiene cierta clarividencia para saber qué va a demandar el mercado tres años antes de que las cosas sucedan. Su capacidad de trabajo es admirable y, sobre todo, despliega una gran entrega y generosidad en todo lo que hace”. Quien así la define es David Pérez Fernández, uno de los gestores de Product Design Madrid: la feria madrileña que la ha convocado como comisaria en dos ocasiones y que ella apadrina con entusiasmo, llevando los trabajos premiados a Milán.
ROOM Diseño.- ¿Cómo empieza su curiosidad por un diseñador?
Rossana Orlandi.- Hay una inquietud innata en mí por lo nuevo y por lo divertido. Viajo mucho buscando diseñadores jóvenes en exposiciones, en revistas, con amigos. Pero lo que más me agrada es ir a sus talleres. Observándolos de cerca puedo entender si tienen posibilidades de madurar o si simplemente tuvieron suerte con una pieza y eso es todo. Hay muchos casos en que la energía queda ahí, en un buen momento y no hay continuidad.
ROOM Diseño.- ¿Qué tipos de consejos les da a los diseñadores con los que colabora?
Rossana Orlandi.- Si veo que es interesante lo que hacen, les sugiero perseverar en su línea de trabajo; los oriento sobre lo que mi galería busca, pero les dejo libertad para desarrollar sus ideas. Lo mejor de todo este proceso es cuando se establece una relación duradera en el tiempo, como en el caso de Álvaro Catalán de Ocón o de Nacho Carbonell, por hablar de españoles. Es emocionante verlos crecer, transformarse, ir hacia adelante con rigor, triunfar.
El cliente de art design tiene mucha personalidad y como galerista supone un desafío
Rossana Orlandi
Objetos de funcionalidad ambigua
Esa delgada línea roja entre piezas funcionales y propuestas artísticas es la que constantemente cruza nuestra entrevistada. Su fascinación por el art design tiene que ver con su interés por los nuevos lenguajes creativos y las experiencias estéticas en sí mismas. Por eso sabe moverse asertivamente en ese territorio, para otros difuso, donde el diseño se planta libremente fuera de los márgenes establecidos.
ROOM Diseño.- ¿Cuál es el feeling para que usted diga ante una pieza: “sí, es esto lo que quiero”?
Rossana Orlandi.- Es una intuición muy personal que tiene que ver con cómo te paras frente a un trabajo y cómo lo vives intelectual y emocionalmente. Sucede cuando una pieza te habla, cuando hay un relato que llama tu atención. En ese caso, trato de comunicar con ella y con el autor. Y si ese lenguaje me atrapa o conmueve, me rindo.
Así como la relación que entabla con los diseñadores es fluida y amistosa, una de las características del sello Orlandi es su habilidad para moverse con los posibles clientes. En ese sentido, su estructura comercial y de distribución es admirable. Su fin es ofrecer buen diseño y venderlo bien. Amplificadora de señales, su rica y diversa red de contactos con coleccionistas privados, instituciones y museos, es garantía de que si un creador cae en sus manos, al menos durante un tiempo, tiene su camino asegurado.
ROOM Diseño.- Las piezas únicas, la edición limitada, ¿son un buen modelo para una galería?
Rossana Orlandi.- Absolutamente. Las colecciones especiales son muy importantes. Lo singular y lo único dan a la pieza más valor. La convierten en objeto de deseo. Provocan que digas: “lo quiero para mí”.
ROOM Diseño.- Como galerista, ¿cuál es su cliente ideal?
Rossana Orlandi.- Trabajo en todo el mundo, así que me enfrento con un amplio abanico de maneras diferentes de escoger. La forma en que la gente compra siempre es una sorpresa, pero el cliente de art design tiene mucha personalidad y como galerista supone un desafío. Nunca sabes cómo reaccionan, aunque yo, honestamente, escucho con atención y me muevo bien con todos.
Aprender, tener la mente abierta, vivir el diseño como una experiencia… Esos son los plan-teamientos de Orlandi. Ella ha ido formando una ecléctica familia de designers que la respetan y la valoran por sus conocimientos, por su saber hacer, y porque reconocen que su punto de vista será el acertado. Además de Catalán de Ocón y Nacho Carbonell, en su lista de “elegidos” se encuentran nombres como Maarten Baas, Jaime Hayón, Jamesplumb, Piet Hein Eek, Tom Dixon, Kyuhyung Cho, Karimoku, Front Design… Un conjunto de talentos emergentes y consagrados que defienden la innovación, el uso de materiales insólitos y, por supuesto, el sentido del humor. “Me gusta ver, tocar, probar”, concluye Orlandi. “Tengo los ojos bien abiertos para poder percibir qué hay más allá de lo que veo a simple vista. Lo que está detrás será lo que me demuestre que algo funciona. Y si encuentro afinidad me decido por él”.
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