Si la arquitectura reflejar la sociedad en que se desarrolla, es gracias a la tecnología de su época. Ésta es una de las premisas de LAVA (Laboratory for Visionary Architecture), un estudio de reciente creación que se reparte entre Stuttgart (Alemania), Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos) y Sydney (Australia). En poco más de dos años de existencia han aglutinado un buen número de proyectos sorprendentes y siempre vanguardistas. En Sydney, desarrollaron esta intervención en el patio de luz de un antiguo centro de aduanas, hoy convertido en un espacio de cultura contemporánea.
El reto era elaborar una estructura inspirada en la relación hombre-naturaleza-tecnología. De este maridaje surgió una forma verde y sensual, fruto de un buen uso del ordenador. Las herramientas digitales permitieron que gran parte de la propuesta se solucionara previamente y que se necesitara poco personal y tiempo para instalar una estructura de seis plantas de altura y 6.000 m3. El objeto, Green Void (Vacío Verde), pretende aunar los conceptos de espacio y expresión arquitectónica en una forma ligera, aunque tridimensional, que se expande mediante tensores y anillas por suelo, techo y paredes.
Su forma orgánica recuerda a una planta trepadora, eso sí, muy futurista; una planta que echa un puente entre el sueño y el mundo real. Éste es el propósito de las tres cabezas pensantes de LAVA, aChris Bosse, Tobias Wallisser y Alexander Rieck, que desde luego han logrado crear una experiencia única, fuera del tiempo y de referencias.
