Junto al área portuaria de Delfshaven en Róterdam, lo que hasta hace poco era un aparcamiento de coches en superficie es hoy el Culture Campsite: un camping urbano donde el visitante pernocta en pequeños objetos arquitectónicos singulares, creados con piezas y materiales reutilizados y reciclados.
Mejor que una tienda de campaña, una arquitectura singular
Cada una de estas peculiares cabinas, “más reducidas que una microcasa, más emocionantes que una tienda de campaña y diferentes de todos los alojamientos de glamping”–término acuñado hace más de un siglo, fusión de las palabras glamour y camping–, ha sido ideada por distintos artistas y diseñadores locales. En este camping urbano, uno puede pasar la noche en el Little Pea o el Val Ross –hechos a partir de silos desechados–, el Floating Bricks –fabricado con restos de vidrio y de ladrillos–, el Scuba –resultado de la unión de dos pequeños refugios para el ganado– o el Trash Inn –que antes fue un contenedor de basura–. Una familia de cápsulas habitables a las que se van añadiendo poco a poco nuevos miembros.
Iniciativas como la del Culture Campsite no resultan extrañas en el contexto de frenético cambio, desarrollo y progreso de Róterdam. La urbe holandesa, arrasada por las bombas durante la Segunda Guerra Mundial, se ha rehecho completamente en menos de un siglo. Conocida por tener el puerto más importante de Europa o por la alargada figura de su más célebre ciudadano, Rem Koolhaas, muchas de sus innovaciones actuales están centradas en los procesos de economía circular.
Quizás su ejemplo reciente más famoso y sorprendente sea la granja flotante diseñada por Goldsmith, situada a menos de tres kilómetros del Culture Campsite. “Una instalación agrícola basada en principios náuticos” que cobija a más de una treintena de vacas. Alimentadas con remanentes y desperdicios generados en la propia ciudad, producen leche y estiércol para uso y consumo local. Además, por supuesto, de obtener toda su electricidad de paneles solares y recolectar, purificar y reciclar las aguas de lluvia y residuales.
El camping urbano Culture Campsite apuesta por el upcycling
El Culture Campsite se trata de una propuesta posiblemente menos ambiciosa, pero que destaca por su apuesta por el upcycling. Este vocablo –en ocasiones traducido como “suprarreciclaje” o “reciclaje creativo”– consiste en la “transformación de un objeto sin función o considerado basura en un producto nuevo, de igual o mayor utilidad y valor”. Ese aporte de valor es la clave de una práctica muchas veces minimizada por su relación con las manualidades caseras, en general de escaso interés desde puntos de vista relacionados con la calidad y la vanguardia.
Asimismo, Culture Campsite combina esta producción del espacio con todo un ecosistema de dinámicas y actividades organizadas por emprendedores autóctonos, que encuentran aquí el sustento físico y el flujo de personas –y capital– necesarios para su desarrollo.
