El cuidado de la piel siempre debe ir acompañado de un ritual sosegado y meticuloso. Es necesario conocer y entender cómo se comporta la epidermis frente a las agresiones externas. Pero para aprender a actuar de la manera correcta, mejor hacerlo en el entorno más adecuado. De esta idea nace la nueva tienda de cosmética japonesa EN: 150 m2 situados en un edificio del siglo XVIII en pleno centro de París.
Yusuke Kinoshita y Daisuke Sekine, del estudio de arquitectura Archiee, han sido los encargados de crear el primer establecimiento físico de la marca, inspirándose en las diferentes traducciones de la palabra “en”: belleza, círculo y conexión.
El espacio ideado por Archiee consta de diferentes ambientes. Por un lado, un elegante muestrario de esencias —más de 100— rodeado de elementos en latón que realzan la exclusividad con la que la compañía trata sus productos. Por otro, una zona donde la historia habla, con tabiques de piedra y techos abovedados, y que está destinada a que las clientas se relajen con los tratamientos de belleza que la firma nos ofrece.
El diseño lumínico realza las curvas de las paredes, creando una segunda piel para el edificio. Esto se logra con un estudiado sistema de iluminación indirecta y con una serie de lámparas decorativas, que se integran a la perfección en un discurso interiorista donde el dorado y la calidez de la luz se convierten en sello de identidad. Apelar a materiales nobles donde lo natural y lo esencial prevalecen por encima de otros elementos es un acierto seguro y una forma contemporánea de entender el concepto del lujo.
