El escultor británico Antony Gormley – referente del arte público y autor del Ángel del Norte, una de las obras monumentales contemporáneas más importantes de Inglaterra- vuelve a invadir un espacio. En esta ocasión ha “dibujado” en el Brooklyn Bridge Park de Nueva York un enorme dibujo tridimensional: New York Clearing. 18 kilómetros de aluminio a modo de grafismo continuo, como en aquel experimento de “dibuje en la hoja sin levantar el lápiz”, muy útil para conocerse mejor a uno mismo o para liberar estrés en cuarentena por pandemia, en el que de tanto dibujar aquello adquiere dimensiones descomunales y las líneas desbordan el papel.
Con la pieza New York Clearing, Gormley ha desbordado el papel. A lo largo de sus últimos quince años de producción ha trabajado en la serie Clearing: esculturas de gran formato diseñadas con materiales metálicos que han llenado por completo las salas de museos, bienales o galerías y que por primera vez llevan apellido de ciudad para experimentar con los significantes del espacio público. También aquí la instalación es concebida como un esqueleto transitable que interrumpe los circuitos preestablecidos para el visitante, al que obliga a sortearla y adentrarse en ella para poder continuar su camino, de manera que atraviesa ese lugar de una forma completamente nueva y con ello es el lugar en sí mismo el que resulta novedoso e irreconocible.
Es frecuente que la escultura de Gormley aborde el vínculo con el espectador desde lo táctil y lo analógico, en un estudio de dimensiones basado en la relación y la medida del sujeto con el espacio que lo rodea. En otro plano se encuentra la interferencia de la propia obra con los demás elementos del entorno, determinada por la gravedad, la dimensionalidad, el color y los materiales De todo ello surge este enorme ovillo plateado que rompe la habitual postal del skyline que buscan llevarse a casa en sus móviles los visitantes de la esquina noreste del muelle 3 del río Hudson y que queda temporalmente modificada.
Y es que la capacidad de New York Clearing para distorsionar lo reconocible es el mayor éxito de la propuesta, que ha podido verse de forma efímera gracias a una iniciativa que conecta a veintidós artistas diseminados en otros cinco enclaves del mundo y que promueve el proyecto Connect BTS. Tras la idea se encuentra BTS, la archiconocida banda de música surcoreana, en lo que sin duda resulta una mezcla de disciplinas y personalidades de la cultura tan inusual como productiva a la hora de trazar puentes entre distintos públicos, espacios y movimientos culturales.
