Ser capaz de manipular la superficie de un espejo sin dañar su tarea de reflejarnos resulta muy atractivo en el mundo del diseño. Un ejercicio que el estudio NMasa Design ha querido llevar a cabo en Pond, un espejo para la firma Beltá Frajumar.
NMasa Design. La búsqueda de una identidad propia
Normalmente, el proceso creativo de un diseñador joven se asienta en dos pasos: primero, el estudio de los grandes maestros y, segundo, la exploración de los límites de la disciplina. A partir de aquí, uno inicia un camino en busca de un lenguaje para comunicar su visión particular del mundo.
No es fácil encontrar una voz propia, por eso al talento se le debe sumar cierta valentía. Hay quien incendia los iconos, como Maarten Baas cuando se graduó de Eindhoven; o hay quien convierte el vidrio en un manifiesto de belleza deformada, como muestra Marta Armengol. Pero también existen miradas slow que reivindican el diseño contemporáneo desde una posición de artesanía 2.0. Un eje que posiciona la funcionalidad en equilibrio con la emoción; y esto nos lo presenta muy bien el porfolio de Javier Masa.
Nacido en Huelva, formado en Madrid y residente en Malmö (Suecia), Masa pertenece a ese reducto de creadores con una visión absolutamente global volcada en su práctica. Sus piezas mantienen retazos de ascendencia nórdica, respiran un aire mediterráneo y no se alejan de la tendencia industrial norteamericana. Su versátil silla Osmos —producida por Sancal y ganadora de la XXVI edición del Cetem Design Award— es un ejemplo claro de ello. Finalista del Premio Futuro en los primeros Premios ROOM, Javier Masa ha fundado su propio estudio —NMasa Design— en la ciudad sueca donde vive, un hecho que no le impide colaborar con distintas empresas españolas de gran presencia internacional. Es por eso que en la pasada Feria de Hábitat Valencia pudimos presenciar su último trabajo para la firma murciana Beltá Frejumar: el espejo minimalista Pond o un lago en calma donde cualquier elemento flota sin caerse.
Pond. El lago de Beltá Frejumar
Parece que el territorio del espejo guarda siempre cierto halo de misterio. Distintos artistas y diseñadores se aproximan desde los vértices de lo experimental, viéndolo como algo que va más allá de ser solo mobiliario. Algunos lo consideran una ventana a un universo dominado por el color, como vemos en Francis de Constance Guisset; otros, el borde de un acantilado antes de adentrarse al abismo, como lo retrata Fernando Mastrangelo en Drift. Sea como sea, NMasa Design también ha querido poner a prueba esta dimensión de refracciones con Pond, un objeto delicado de bordes redondeados en madera maciza de fresno.
En su concepción, Javier Masa sabía bien que para darle una mayor profundidad debía salirse de los contornos que lo restringen, igual que hizo Arne Jacobsen en su famoso espejo iluminado para la marca Louis Poulsen. En este caso, Masa lo materializa a través de un marco capaz de proyectar una sombra, recortando la silueta de Pond en la pared como una balsa en medio de la laguna. El añadido de una repisa en su centro duplica la sensación flotante, haciendo levitar a aquello que se pose. Un ejercicio de sencillez silenciosa que dice más de lo que se percibe, impregnando de más funciones a un mueble tradicionalmente destinado solo a una.
Y es que en las creaciones de NMasa Design siempre hay trampa: una utilidad escondida, un detalle oculto, un alegato a favor de la forma orgánica. No solo en Pond, sino también en su mesa Huella o en su lavabo Island. Por eso los futuro iconos de Javier Masa serán como los trucos de los buenos ilusionistas: diseños que, desde el principio, siempre nos exigirán que los miremos dos veces.
