Vicente Porres habla sobre Lou Read de Philippe Starck
Vicente Porres es fundador del estudio de diseño Noviembre Estudio.
La ocasión de hablar de él -de Él- es simplemente irresistible. Como probablemente alguien que se haya acercado a él -a Él- habrá comprobado, es puro carisma. Una especie de gamberro serio, un niño adulto, un loco cuerdo. Tenemos la suerte de tener entre nosotros a un Loewy enrollado y vivo.
Preguntas a los estudiantes de diseño y quieren ser él -Él-. ¿Cómo? “Si, verás: rico, famoso, divertido y eso”. Tan fácil como pulsar un botón. ¡Clic! ¡Ya eres Philippe Starck! Felicidades, pasa a por tus guantes naranja y tu chaqueta de motero cuando quieras. Pero no, no lo intentes hacer en casa: ser Starck es imposible. Puedes ser rico, famoso, divertido y “eso”, pero te aseguro que lo más importante reside en el “eso” y “eso” no se puede imitar. Porque es tan único como el nacimiento de Lou Read.
Diseñada con motivo de la reforma integral del Hotel Royal Monceau de París, este asiento es un guiño a un encuentro en sus pasillos: más de 15 años atrás charlaban allí Lou (Reed) y Philippe (Starck). En un encuentro que imagino rockdesign alternativo en un hotel de lujo, dos iconos crearon la futura inspiración de Starck. Actualmente cada habitación dispone de su Lou Read.
Curiosamente, esta no me parece la pieza más apasionante de Starck. Curiosamente, me parece un coletazo de su estilo ochentero intentado domar por Eugeni Quitllet con un éxito aceptable. Y me intriga este flashback de Starck. “Es un recordatorio de que es mucho mejor gastar tiempo en una conversación que delante de la televisión o del ordenador”. Esto es lo que tiene Starck: si hace un flashback, es por algo. Cuenta una historia, la historia la componen los humanos, los humanos tienen sentimientos y los sentimientos son únicos. Hacer de lo único algo común y compartirlo es por lo que no podemos intentar ser Starck, y menos en casa.
