Es obvio que vivimos días cuantitativos en los que el valor se suele medir por followers. Cuantos más, mejor. En realidad, este hecho no es nuevo. Prácticamente se convirtió en norma con la irrupción de los mass media en el siglo pasado. Ahora, con la democrática eclosión de los social media, la “esencia de la cantidad” es, a grandes rasgos, LEY. Como consecuencia, resulta complicado distinguir lo cualitativo en el contexto de lo masivo. ¿Si algo tiene mucho éxito, por extensión, tiene calidad? O por el contrario, ¿alcanzar un extenso beneplácito, automáticamente elimina el valor de algo? Probablemente la respuesta más adecuada sea: ni sí ni no, sino todo lo contrario.
Con 469.000 entradas en Google y casi 40.000 likes en Facebook (y subiendo), hablar de Alex Trochut (Barcelona, 1981) es hablar de uno de los diseñadores/ilustradores más populares en la actualidad, tanto a nivel nacional como internacional. Las composiciones tipográficas o las “fluidas formas” -marca de la casa- de este catalán, han sido plasmadas en campañas y anuncios de clientes tan importantes -y cool- como Adidas, Adobe, British Airways, Fila, Footlocker, Nike, Pepsi, Puma o Vanity Fair, entre muchos otros. Incluso ha colaborado con los Rolling Stones (sí, sí, como lo oyen), Arctic Monkeys o también con ese icono mediático -tan representativo de nuestros días- llamado Katy Perry.
Su estilo visual es descaradamente contemporáneo. A menudo, partiendo de una técnica muy vectorial obtiene obras potentes que nos remiten a una iconografía ubicada entre el pop art y la grafitería. Su expresividad -el ingrediente imprescindible de su éxito actual- devora cualquier resquicio de calma. Ante sus trabajos no busquen demasiados espacios vacíos (el famoso “menos es más”). Mejor empápense con sus líneas líquidas, y disfruten de la fisión o la fusión -según el caso- de sus geometrías inundando todos los rincones.
La tipografía es un aspecto muy importante para conocer la trayectoria de este barcelonés. Como dato curioso se suele contar que su abuelo era Joan Trochut, un reconocido impresor y tipógrafo catalán. Desde luego, en el ámbito del lettering, este diseñador se ha convertido en un referente con mayúsculas (nunca mejor dicho). Gran parte de los encargos que recibe se fundamentan en la materialización de las letras que desarrolla, estimulando el significado de las palabras con una interpretación gráfica de las mismas.
A pesar de su juventud, Trochut tiene ya muchos kilómetros de recorrido y numerosos premios que lo respaldan. En 2011 (con solo 30 años) publicó el libro More is more (Index Book): una recopilación de proyectos realizados hasta ese año, en el que también se explican algunas de las claves de su proceso creativo. No cabe duda de que estamos ante un tipo con talento que conecta muy bien con el público joven (y con el no tan joven que aspira a estirar esta condición). Por ello, no es extraño ver cómo marcas muy reconocidas (por ejemplo, Chivas Regal) han solicitado la energía visual de Alex Trochut, para actualizar su imagen y su estilo comunicativo.
Dicho lo cual, podemos concluir que Trochut es un creativo abiertamente mainstream. Y esto nos lleva, de nuevo, al debate de la calidad frente a lo cuantitativo y lo cualitativo. Bajo mi criterio percibo sus trabajos pasados de efecto y un tanto carentes de concepto. Y, sin embargo, su propuesta artística Binary Prints (binary-prints.com) me entusiasma precisamente por los mismos argumentos, pero al revés. Se trata de una colección de imágenes creadas a partir de una técnica patentada por él mismo, que combina dos visualizaciones en un mismo soporte: una con luz y otra con oscuridad, y que muestran alternativamente ideas antagónicas (o no tanto) compartiendo una morfología similar, junto con un interesante soporte musical. Sugerente. Sutil. Impactante. Ya saben: ni sí ni no, sino todo lo contrario.
