Al entrar en la tienda de moda Sass & Bide nos da la sensación de estar en una pequeña cueva con matices futuristas. Las prendas negras o grises son las encargadas de romper con la monotonía del blanco puro de un espacio que, si observamos bien, parece estar librando una lucha entre tecnología y naturaleza. Como si al querer poner esta tienda, la madre tierra se hubiera rebelado y desatado su furia, dejando que las raíces y ramas de los árboles se vayan apoderando de cada rincón.
El proyecto podemos entenderlo como una pequeña metáfora del estrés al que muchas veces sometemos los entornos donde construimos y donde pensamos que con los grandes avances en ingeniería podemos hacer desaparecer sin más lo que siempre ha estado ahí. Sabiendo que tarde o temprano, la tierra reclamará su lugar.
El estudio australiano Akin Creative, que ya ha llevado a cabo 20 locales para la firma de ropa, ha querido “representar la yuxtaposición de la naturaleza y las formas construidas, así como la capacidad de desafiar las convenciones minoristas”. Un ejercicio de diseño que podemos ver en casi todos sus trabajos, en los que enfrentan materiales originales con materiales nuevos a la búsqueda de la innovación, pero siempre respetando y rehabilitando los espacios con historia.