Situado en el paseo marítimo de la costa de De Panne, en Bélgica, Studio MOTO ha erigido una escultura tridimensional en hormigón. Un mirador que juega ópticamente con su forma para regalarnos otros modos de entablar sinergias con el paisaje.
Observar el mundo a través de un mirador
Metafóricamente, solo si nos subimos a los hombros de los gigantes podremos ver más lejos. Pero en el contexto real, solo desde un mirador seremos capaces de visualizar un horizonte más poderoso. Antaño, estos puntos de observación actuaban principalmente como una estrategia de defensa en el campo militar, pero con la falta de enemigos a la vista, se nos ocurrió una idea mejor: usarlos para disfrutar del paisaje. Es así como fueron reinterpretados contemporáneamente, convirtiéndose en lugares contemplativos que, en ciertas ocasiones, aguardan tintes extáticos. Quizás por la conexión inherente que se establece entre dicha arquitectura y la naturaleza. Quizás por ubicarse en sitios recónditos donde no se siente la huella humana.
Recientemente, uno de estos folies ha emergido en un extremo del paseo marítimo de De Panne, en Bélgica. Su forma —como acostumbra esta tipología— rompe con la secuencia lineal del paraje para elevarse en altura, ofreciendo así la deseada panorámica. Pero algo en este observatorio, al que han llamado Westerpunt, se siente único debido a todos los elementos que logra unificar. “El mar con sus mareas, la playa, las dunas y el paseo marítimo. Bélgica y Francia. Pájaros y caminantes”. Así lo afirma el estudio belga que lo ha construido, Studio MOTO, cuya principal preocupación se basaba en lograr que todos esos aspectos se hicieran “más tangibles sin imponerlos y perturbar el lugar”.
Westerpunt: donde naturaleza y arquitectura se unen
La espectacularidad de esta nueva estructura radica en su morfología geométrica: un poliedro uniforme, una especie de pentágono intrincado que parece haber sido trazado por Escher. Dicha apariencia de rompecabezas flotante se genera gracias a los segmentos de escalera conectados en un ángulo de 180º, que sirven a su vez de pilares de todo el volumen, quedando en voladizo sobre el terreno y ofreciendo zona de descanso e, igualmente, diferentes perspectivas para otear el entorno. Pese a la monumentalidad de su talla, la elección de Studio MOTO por el color terroso del hormigón permite a Westerpunt convertirse en un objeto reconocible, que no solo imita la textura y el cromatismo del ambiente costero, sino que da testimonio de la eficiencia de este material para enfrentar el clima impregnado de salitre.
No podemos negar que, frente a la jungla de hierros y cristal que puede observarse desde la azotea del Empire State Building, ha surgido una necesidad latente de cambiar el decorado; un resurgir velado del peregrinaje del hombre al medio natural. La Norwegian Scenic Route da cuenta de ello en los 18 emplazamientos que componen su itinerario, por lo que toparse con experimentos arquitectónicos como Westerpunt es cada vez más frecuente. Desde la cima de este anillo tridimensional es posible maravillarse con la reserva natural de Westhoek, con el mar de De Panne y con una tierra infinita que se expande en el límite entre países vecinos. Una escultura sobre las dunas con la que Studio MOTO ha querido continuar el legado de las colinas arenosas desde la perfección matemática. Belleza a escala para mirar más allá de lo que siempre miramos.
