Luis Machuca ha sido el responsable del itinerario Úbeda-Mágina. Un proyecto que, por un lado, celebra la literatura de Muñoz Molina y, por otro, recalca el importante protagonismo de Úbeda como uno de los principales centros culturales de Andalucía.
La magia de Mágina para Antonio Muñoz Molina
Mágina es un lugar en las novelas de Antonio Muñoz Molina. En El jinete polaco está descrito como “una ciudad pequeña, de calles estrechas y apañadas, con un laberinto de callejuelas y plazas que se abrían de improviso”.Y posiciona su centro en “la plaza Mayor, con su Ayuntamiento renacentista y su iglesia gótica”, conformando su paisaje de casas “en su mayoría antiguas, de piedra y ladrillo, con balcones de hierro forjado y patios interiores llenos de flores”. Pero Mágina, en realidad, es un trasunto de Úbeda, localidad natal de este escritor.
De este territorio de inspiración proceden escenarios directamente trasladados a sus narraciones, constituyendo —en palabras del propio autor— una especie de “maqueta de ciudad, un modelo a escala del mundo breve en el que vive sus días la mayor parte de la gente”. Muñoz Molina escogió este nombre en referencia a Sierra Mágina, un macizo montañoso que podía vislumbrar desde los miradores de Úbeda en su niñez y adolescencia; aunque también por la similitud fonética con el término “mágica”. Memoria e imaginación se fusionan así en este topónimo que se liga al de la localidad “real” en un itinerario que se ofrece a ciudadanos y visitantes.
El equipo de arquitectos malagueño Luis Machuca ha sido el responsable de un proyecto que, por un lado, celebra la literatura de Muñoz Molina y, por otro, recalca el importante protagonismo de Úbeda —Patrimonio Universal de la Humanidad por la UNESCO en 2003— como uno de los principales centros culturales de Andalucía. Dicha propuesta se ha centrado en la creación de una ruta urbana, medioambientalmente sostenible y socialmente cohesionada que destaca la figura del escritor ubetense. Además de su vinculación personal con el paraje y con unos enclaves esenciales en su biografía literaria, recuperando espacios naturales y urbanos degradados.
Un recorrido poético por Úbeda
La superficie total de esta intervención es de 8000 m2 distribuida en varias zonas: la plaza de San Lorenzo, el Mirador de San Lorenzo, el área natural del camino de Granada en la ronda Antonio Muñoz Molina y el inicio que lleva a la huerta del padre del escritor. Y tres son los elementos principales de todo el conjunto: el Espacio Antonio Muñoz Molina, una pasarela peatonal de madera y la renovación y ajardinamiento del Mirador de San Lorenzo.
De entre ellos, destaca sin duda el primero, que posee las mejores características de otros trabajos del despacho Luis Machuca, como son el Centro de Recepción de Visitantes en Caminito del Rey y el Caminito del Desfiladero del Tajo de Ronda. Obras donde la madera es el material protagonista y en las que se genera una arquitectura de extrema ligereza y discreción, integrada simbióticamente en su respectivo entorno que, en muchas ocasiones, alberga un potente interior.
El empleo de este componente en el Espacio Antonio Muñoz Molina permite esa mimetización con la naturaleza circundante, del mismo modo que la elevación del armazón facilitará a la vegetación autóctona crecer apropiándose del suelo. Y dado que está enteramente hecho de piezas prefabricadas —y reutilizables—, su montaje fue rápido y limpio, reduciendo al mínimo la contaminación y el consumo energético. Una acción que hace de este pabellón un ejemplo del objetivo principal del estudio de Machuca: crear arquitectura sostenible a través de la funcionalidad y la eficiencia
Considerado un punto de encuentro, también alberga un pequeño graderío para acoger pequeños actos culturales, ejerciendo también como un mirador desde el que apreciar la extensión de olivos que enmarca esa Sierra de Mágina. Un sitio —como el Macondo de García Márquez— vital para la escritura del autor de Beatus Ille, Plenilunio, Beltenebros, La noche de los tiempos o No te veré morir.
En este enlace puedes leer más artículos sobre otros miradores en plena naturaleza.
Es un prolífico escritor y periodista español galardonado con el Premio Princesa de Asturias de las Letras. De su autoría son libros como Beatus Ille, Plenilunio, La noche de los tiempos, No te veré morir, Sefarad o El jinete polaco.