El paisaje puede ser un concepto ambiguo. Unas ramas se centran en su interés pictórico, otras en su dimensión ecológica o en su multitud de especies y algunas miran su aspecto más científico. Los lugares que aparecen en el libro The last Stand, de Marc Wilson, impregnan de melancolía la fotografía y demuestran que el entorno es el que organiza las cualidades de un sitio para permitir su percepción en una imagen.
La visión de Marc Wilson sobre las ruinas militares
El fotógrafo Marc Wilson firma una publicación acerca de la arquitectura militar de la segunda guerra mundial varada en las orillas europeas. The last Stand (Two&two press) es un viaje de 4 años en búsqueda de las escenas donde estos armazones permanecen enmarcados por un paisaje litoral.
Se trata de 86 imágenes de edificaciones brutalistas —anteriores al brutalismo— encalladas en las rocas o rehundidas en las playas que quedaron rápidamente en desuso después del suceso. Las estructuras, construidas para ser indestructibles, se enfrentan a un abandono de más de 75 años que las impregna de un aire decadente, como el de una fortaleza medieval demasiado moderna.
La fotografía de arquitectura como herramienta de percepción
Wilson muestra, con una serie de instantáneas de tono lúgubre, una realidad que se extendió por un territorio vastísimo y que llegó a modificar la fisonomía de las costas de Europa. Un conflicto que fijó un punto de inflexión en la historia, la política, el pensamiento o la sociedad y que también se hace tangible en el entorno.
Podemos entender el trabajo del británico como una mirada conmemorativa hacia un acontecimiento histórico, sin embargo, las fotografías también sirven para ilustrar la capacidad de emocionar que tienen estos cambios. Los volúmenes militares se insertan en el terreno sin intención de adaptarse y es el medio el que avanza a través, por encima o alrededor de ellos hasta conseguir una máscara que los envuelva. Un filtro que nos hace pensar en estos objetos como piezas de land art, de nuevo, anteriores al propio land art.
El medio muta, aunque no lo hagan sus elementos. Si la aparición de un nuevo concepto —como sucede con el land art— altera la idea que se tiene de un lugar, solo nos queda pensar que, efectivamente, el paisaje es una simple cuestión de percepción.
En este enlace puedes comprar el libro The Last Stand de Marc Wilson.
En este enlace puedes sumergirte en las fotografía de arquitectura surrealista de Perl Carlsten.
The last Stand recoge una serie de fotografías acerca del paisaje que forman las estructuras militares abandonadas de la segunda guerra mundial.
Se trata de 86 imágenes tomadas en 143 localidades diferentes a lo largo de las costas de Gran Bretaña, las islas del canal, el norte y el oeste de Francia, Dinamarca, Bélgica y Noruega.
