La fotografía de arquitectura de Julio Jiménez Corral nos cuenta historias de amor

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A partir del 28 de febrero, Julio Jiménez Corral expone en la galería My name’s Lolita unos trabajos que, si bien enseñan edificios, hablan de encuentro, de unión, de relación y de historias de amor principalmente. Una muestra que invita al espectador a reflexionar sobre sus propios recuerdos y a rellenar con ellos los huecos que el artista deja a propósito en sus instantáneas.

Historias de amor. Julio Jiménez Corral. My Name's Lolita Art. Fotografía de arquitectura
Historias de amor. Julio Jiménez Corral. My Name’s Lolita Art

Historias de amor entre la luz y los detalles

A pesar de que este texto se publicará días más tarde, lo estoy escribiendo en San Valentín, una fecha muy adecuada por su temática. Y es que el 14 de febrero los establecimientos —por capitalismo e invitación consumista— suelen llenarse de decoraciones que celebran el amor: desde los estancos a las joyerías, pasando por las academias de idiomas o las panaderías; un hecho que no deja de tener un cierto encanto kitsch —al menos para mí—. Sin embargo, tal y como se ve en las instantáneas de la exposición Historias de amor, al fotógrafo Julio Jiménez Corral esto no debe resultarle nuevo, ya que este sentimiento lo halla habitualmente en los recovecos, las esquinas y los resquicios del paisaje arquitectónico.

Historias de amor. Julio Jiménez Corral. My Name's Lolita Art. Fotografía de arquitectura
Historias de amor. Julio Jiménez Corral. My Name’s Lolita Art
Historias de amor. Julio Jiménez Corral. My Name's Lolita Art. Fotografía de arquitectura
Historias de amor. Julio Jiménez Corral. My Name’s Lolita Art

Sus obras presentan detalles, capturados mediante planos cerrados, sin ningún dato de su contexto. De esa manera, la imaginación de quien observa parece volar al descubrir representaciones que van más allá de lo evidente, metáforas enigmáticas que Jiménez Corral pudo percibir al tomarlas. Esto convierte a su muestra en una experiencia donde cada espectador desarrolla la tarea de rellenar los huecos en las imágenes mediante su historia personal; identificando el amor no solo en lo que el artista ha querido contar, sino en lo que siente, piensa y recuerda al mirarlas.

Historias de amor. Julio Jiménez Corral. My Name's Lolita Art. Fotografía de arquitectura
Historias de amor. Julio Jiménez Corral. My Name’s Lolita Art
Historias de amor. Julio Jiménez Corral. My Name's Lolita Art. Fotografía de arquitectura
Historias de amor. Julio Jiménez Corral. My Name’s Lolita Art

La fotografía de arquitectura Javier Jiménez Corral

Las 32 instantáneas que componen la exhibición son —para el propio autor— fotogramas que se suceden a lo largo de tres continentes: Asia, América y Europa. Pero la relación narrativa entre ellas no tiene por qué ser lineal, pudiendo sucederse indistintamente unas a otras. Algo similar a lo que ocurre con la banda de Moebius: ese infinito elaborado con la sencillez de una tira de papel, y que se vuelve una incógnita matemática caracterizada por ser un objeto no orientable. Así, la Historia de Amor que Jiménez Corral propone puede empezar o terminar donde uno prefiera.

Historias de amor. Julio Jiménez Corral. My Name's Lolita Art. Fotografía de arquitectura
Historias de amor. Julio Jiménez Corral. My Name’s Lolita Art. Fotografía de arquitectura
Historias de amor. Julio Jiménez Corral. My Name's Lolita Art. Fotografía de arquitectura
Historias de amor. Julio Jiménez Corral. My Name’s Lolita Art. Fotografía de arquitectura

En ella alude a relaciones reales que todos podemos identificar: las que establecieron entre sí Le Corbusier, Tadao Ando y Oscar Niemeyer —como alumnos o maestros—, además de la que cada uno trazó con la disciplina que se convirtió primero en su trabajo y, después, en el legado que dejaron para la posteridad. Y es que todas las construcciones que se exhiben están firmadas por alguno de estos nombres. Por supuesto, a estos vínculos se suma también el que el artista profesa hacia la arquitectura en general, la cual utiliza como su propio discurso amoroso. Una obsesión que captura con pureza y limpieza de líneas y contornos, pero donde la iluminación ejerce un papel casi tan protagonista como los edificios que fotografía.

Historias de amor. Julio Jiménez Corral. My Name's Lolita Art
Historias de amor. Julio Jiménez Corral. My Name’s Lolita Art
Historias de amor. Julio Jiménez Corral. My Name's Lolita Art
Historias de amor. Julio Jiménez Corral. My Name’s Lolita Art

En ellas hay una importante labor a la hora de escoger el momento preciso, de dejar que la luz se sitúe en el punto justo para realzar las siluetas arquitectónicas. Sobre ello, Le Corbusier dijo en una ocasión que “la arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes bajo la luz”. Y en Historias de amor nos topamos con ese relato: el de las formas y el del fulgor como materia prima, pero sobre todo con el del resultado que la unión de ambos origina. Sin duda, un conjunto de relaciones y de afinidades, de texturas y de matices que nos hacen reflexionar sobre una narrativa arquitectónica y amorosa sin principio ni fin.

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