Magritte, el pintor surrealista, recurría a algunos objetos para cambiar nuestra perspectiva de la realidad. Entre ellos, el sombrero era para él un símbolo de civilización perdida en medio de un ambiente onírico y ambiguo. Con esa misma intención, el estudio japonés Nendo ha diseñado en el Spiral Garden de Tokio el espacio expositivo para una retrospectiva del modista Akio Hirata.
La instalación resultante es una sorprendente acumulación de 4.000 sombreros blancos flotantes con los que retratar las ciento treinta piezas cedidas por el Atelier Hirata. En ese mar de sombreros colocados a distintas alturas se representa la prolífica carrera de un hombre que comenzó a interesarse por las cabezas y sus complementos en 1939 y que aún hoy sigue colaborando con nombres como Issey Miyake, Hanae Mori, Yohji Yamamoto o la casa Comme des Garçons.
Tanta creatividad queda reflejada en esta nebulosa nívea y monocromática sobre la que recae la iluminación de la sala. En ese bosque de sombras redondeadas, aparecen en contraste las delicadas creaciones de Hirata que resaltan como gemas entre tanta uniformidad blanca.
