Fotos: Adriá Goula Sarda
A simple vista puede parecer que la forma se convierte en la total protagonista de éste pabellón, pero es precisamente su función la que genera esos volúmenes tan llamativos. Los arquitectos del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña debían proyectar una fachada que captara la mayor energía solar posible, y ésta es capaz de producir la energía necesaria para 12 viviendas, lo que lo convierte en un ejemplo de eficiencia.
El edificio fue presentado con motivo del congreso SmartCity Expo World como parte de un proyecto de Endesa, y sirve también como sala de exposiciones para dar a conocer iniciativas relacionadas con la eficiencia energética. Es diáfano, ligero, desmontable, y está instalado al final del muelle de la marina en el puerto olímpico de Barcelona. La fachada, de madera, vidrio y placas fotovoltaicas usa un sistema de módulos generados por ordenador que responden a los diferentes niveles de exposición al sol. Las plataformas exteriores invitan a sentarse y disfrutar de las vistas, mientras que el interior se concibe como un lugar para el encuentro y el diálogo, arropado por la calidez de los paneles de madera laminada.
No nos llevemos a engaño, hoy en día la palabra sostenible se usa para todo. La geometría del pabellón consigue producir mucha más energía de la que necesita, pero si se decidiese construir un edificio con éstas características, los costes serían elevados. Hay que entenderlo como un elemento efímero que sirve para generar opinión y concienciar a la gente.
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