Desde Barcelona hasta Los Ángeles, el recorrido de Ana Gómez Bernaus ha sido una constante búsqueda de nuevos lenguajes visuales. Maestra del 3D, el lettering y la abstracción digital, su obra fusiona volumen, tipografía y color en composiciones orgánicas que han cautivado a marcas globales como Nike, Microsoft y Adobe.
Un viaje geográfico y creativo por la abstracción
Equivocadamente, a veces se entiende la abstracción como un medio de expresión sometido al realismo —una devaluación de la realidad—, cuando su sentido es completamente diferente. Sería mucho más adecuado comprenderla como la sublimación de la percepción; es decir, la capacidad humana para trascender la apariencia formal de algo y sintetizarlo con el fin de extraer su esencia. En el plano del arte, es un estrato en el que convergen la razón y su derivación emocional para alcanzar la complejidad significativa de un hecho.

En el ámbito del diseño visual, la abstracción suele ser un recurso complementario para generar texturas y fondos, pero no como núcleo principal. No obstante, en los últimos años y al amparo del exponente digital, han aparecido nuevos creadores que quiebran el molde de la figuración y proponen nuevas vías de comunicación comercial. Un buen ejemplo de esto fue la imagen seleccionada por Adobe —una de las firmas más conocidas de implementación de software, a la que pertenece el icónico Photoshop— para presentar su aplicación Adobe Audition. Imagen ideada por la barcelonesa Ana Gómez Bernaus, con una modulación de capas sinuosas, de apariencia transparente con distintas tonalidades cromáticas, que incide fundamentalmente en el mensaje: la contemporaneidad estimulante del sonido. Así de fácil. Así de difícil.


Gómez Bernaus estudió y dio sus primeros pasos profesionales en la Ciudad Condal en torno a la ilustración y el diseño gráfico, pero en 2009 se trasladó a Nueva York, donde se fraguó un destacado talento en lo relativo a la configuración tipográfica. Posteriormente cambió la costa este de EE.UU. por la oeste, y desde entonces reside en Los Ángeles, donde combina todo su bagaje expresivo con el empleo de herramientas informáticas, inmersa en trabajos para compañías de la envergadura de Nike, Direct TV, Microsoft o Los Angeles Magazine, para las que ha llevado a cabo una labor muy relevante como creativa 3D; sin olvidar, ni mucho menos, su actividad en el terreno del lettering.

El proceso digital de Ana Gómez Bernaus
En sus obras se percibe claramente la importancia que tiene el proceso digital: impregnadas de una definición muy actual —muy de pantalla— y de un aspecto compositivo orgánico, en el que se superponen y mezclan volúmenes y líneas fluidas. Coreografías visuales construidas por muchos elementos que, sin embargo, en conjunto se aprecian equilibradas gracias al contexto depurado en el que se sostienen.


El trayecto recorrido por Ana Gómez Bernaus no es el más sencillo. Ha dado pasos arriesgados, apostando fuerte por un impulso innovador: desde su natural orientación por el diseño en España, hasta su vigente posición como directora asociada en la agencia global Buck, muy enfocada a la animación tridimensional. Esto le ha permitido abordar una amplia variedad de proyectos, que van desde la realización de títulos cinematográficos hasta, por supuesto, la generación de campañas de publicidad. Además, su porfolio se valora mucho desde hace tiempo en círculos muy prestigiosos del sector como el Type Directors Club, el Lürzer’s Archive o los Cinema Eye Honors.


Aunque tal vez el área más excitante de su carrera sea precisamente la experimentación, donde se encuentran las claves que más nos ayudan a entender su devenir profesional: la búsqueda y el aprendizaje. Es aquí donde hallamos el lado más evocador de la catalana: las reproducciones impresas de sus piezas artísticas —en las que se entrelazan exploraciones y nuevas ideas— desarrollan una progresión acentuada hacia una abstracción muy personal, en la que juegan un papel determinante las posibilidades plásticas de los instrumentos que las nuevas tecnologías ponen a su disposición. Sin prejuicios ni delimitaciones.


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