Con la iniciativa Maestros Flamencos (2018-2020), Flandes conmemora a Van Eyck, Bruegel y Rubens conectando su obra y su legado con el público y los artistas contemporáneos.
El escritor argentino Adolfo Bioy Casares, en su frase más célebre, sentenció que la eternidad es “una de las raras virtudes de la literatura”. Y en Flandes lo aplican no solo al arte de la expresión verbal, también a todas las disciplinas pictóricas. Desde el ocaso de la Edad Media hasta el floreciente Barroco, esta región histórica del norte de la actual Bélgica fue el centro del universo. En sus puertos y burgos bullía el comercio, la cultura y la innovación, convirtiendo ciudades como Brujas, Gante, Bruselas o Amberes en las primeras metrópolis cosmopolitas de la Modernidad. Todo este ambiente de prosperidad y progreso inspiró a sus artistas y, durante 250 años, no hubo corriente que no germinara en sus talleres. Tres siglos: XV, XVI y XVII; tres estilos: primitivo, renacentista y barroco; y tres artistas: Van Eyck, Bruegel y Rubens que han pervivido más allá de su obra. Tres pintores que inspiran una iniciativa, Maestros Flamencos que, desde este verano y hasta 2020, llenarán Flandes de intervenciones y exposiciones que conectan a estos genios con la sociedad y los artistas actuales, demostrando que su legado es inagotable y eterno.
El culmen de Van Eyck
El retablo La Adoración del Cordero Místico es mucho más que uno de los polípticos más notables de la historia. Es la obra maestra de Jan y Hubert Van Eyck con la que la pintura de los primitivos flamencos llega a su máxima expresión por el revolucionario uso del óleo y por la técnica pictórica de la que hacen gala sus creadores. Desde que se instalara, en 1432, en la capilla Vijd de la Catedral de San Bavón de Gante, sus diferentes tablas han sido tan admiradas y codiciadas que han sufrido hasta 7 robos, un hito que pone de relieve su valor y que, a la vez, ha deteriorado su estado. Por eso, desde 2012, este políptico está siendo restaurado bajo la supervisión del Real Instituto para el Patrimonio Cultural en una labor que culminará en 2020, cuando su exposición al público se celebrará a lo grande.
La cita que inaugurará todo será la exposición titulada Jan van Eyck y la corte de Borgoña que, del 1 de febrero al 10 de mayo de 2020, protagonizará el conjunto en el MSK, el Museo de Bellas Artes de Gante.
El objetivo de la misma es contextualizar esta obra maestra en su época y en la producción de Van Eyck. Después, durante el mes de mayo se trasladará a su capilla original, un emplazamiento que se reinventará en el Centro de Visitantes y que se ayudará de la realidad aumentada para ofrecer una visión diferente y más profunda de cada escena que aquí se representa.
Hasta que llegue 2020, las ganas de observar esta preciosidad se sacian visitando la capilla Vijd, donde ya se contemplan los óleos finalizados, paseando por el Gante de la época o viajando a la vecina Brujas. La urbe de los canales seduce por ser una ventana real y directa a aquel Flandes comerciante y pudiente. Y como Jan Van Eyck es uno de sus hijos predilectos, la ciudad ha organizado diversos tours pedestres que indagan más en su circunstancias. Un legado que tiene en el museo Groeninge su epicentro y donde se exhibe la icónica Virgen del canónigo Van der Paele. Esta obra, además, es el eje de Historium, una atracción multimedia que traslada a los visitantes hasta Brujas medieval. La visita a esta capital no se puede completar sin contemplar a los coetáneos de este pintor en el Hospital de San Juan y sin revisitar la iglesia de San Jacobo de la mano de la app Xplore Bruges.
En busca de Bruegel
La celebración, en 2019, del 450 aniversario de la muerte de Pieter Bruegel el Viejo parte de una evidencia: esta es una de las pocas fechas que se tienen claras en la vida de este pintor. La otra, que en 1563 se mudó a Bruselas para estar más cerca del centro del poder en la época. Por eso, la capital belga va a ser la urbe donde tendrá lugar una completísima agenda de actos y exposiciones que, aunque se centran en su producción, permiten sumergirse en una metrópolis renacentista. En la Biblioteca Real, se expondrá la amplia colección de sus grabados en vitrinas y mesas diseñadas siguiendo el estilo de su época para recrear cómo se mostraban estas imágenes por aquel entonces. El contrapunto lo ponen las modernas proyecciones que muestran los pasos que seguía Pieter para realizar cada pieza. Por su parte, los Reales Museos de Bellas Artes se servirán de las últimas tecnologías para lograr tres imposibles. El primero, el de transportar -mediante la realidad virtual- a los visitantes a la Bruselas de Bruegel. El segundo, el de traer a las salas doce de los cuadros más representativos de este artista que están desperdigados por todo el mundo, y que se presentarán en alta definición gracias al Google Cultural Institute. Y el tercero, sumergir al público en diferentes escenas recogidas por el pintor. La guinda de las conmemoraciones será la apertura de un nuevo centro de visitantes.
La región y costumbres de Pajottenland, al sudoeste de Bruselas, fue una fértil fuente de inspiración para Bruegel. Por eso, el castillo de Gaasbeck va a acoger una muestra bajo el nombre de La fiesta de los locos, donde se exhiben los cuadros de los artistas que redescubrieron y pusieron en valor el humor de este genio flamenco. Una experiencia multisensorial que está aderezada con música, poesía, literatura y cine y cuya museografía ha sido ideada por la compañía de teatro berlinesa Rimini Protokoll. Por otro lado, en el museo al aire libre de Bokrijk tendrá lugar una exposición sobre el universo de este creador donde cada visitante podrá sentir, oler, escuchar y ver cómo era la vida en el siglo XVI en cuatro escenarios diferentes. Amberes es la traca final con dos acontecimientos imprescindibles. El otoño cultural arrancará con la reapertura del KMSKA (Museo de Bellas Artes de Amberes), un espacio reinventado y modernizado que le dedicará la primera gran retrospectiva a Bruegel.
Si en Bruselas el siglo XVI es sinónimo de Bruegel, en Malinas fue el florecer del Renacimiento borgoñón, un estilo propio, muy prolífico y en el que se engloban a artistas como el propio Bruegel, Metys, Maerten de Vos o Anton van Dyck. Para reivindicar este periodo, la ciudad ha acondicionado el Palacio Busleyden hasta convertirlo en un museo donde se reivindica el arte que se producía en la que fue una de las capitales políticas de Europa.
El Barroco que no cesa
Aunque Rubens sea, cronológicamente, el maestro más joven de los tres, será el que protagonice en Amberes lo que queda de este año y los dos próximos. La percha es el fin de las obras en la casa museo de este artista que también ejerció de pensador y diplomático, mientras que la traca final será la ya citada reapetura del KMSKA y la inauguración de un centro para visitantes centrado en su obra y su influencia dotado con las últimas tecnologías de exhibición. Entre medias, un sinfín de eventos que parten de la influencia de Pieter Paul para acabar en nuestros días con un objetivo claro: demostrar que aquel Barroco con su belleza amanerada y su extravagancia siguen brillando en las calles de la ciudad portuaria y ejercen de fuente de inspiración para los creadores y diseñadores contemporáneos.
El diálogo entre dos épocas que distan cuatro siglos parece conceptualmente improbable y, sin embargo, en la práctica es fluido y muy interesante. Desde este mes de junio, Amberes está repleta de intervenciones, exposiciones y propuestas que relativizan el paso del tiempo a base de arte. En el MAS, su controvertida y juguetona arquitectura conversa con las obras de la pintora pionera barroca Michaelina Wautier mientras que, en otra de sus salas, esta corriente se actualiza en las fotografías de Athos Burez. El MUHKA, de la mano del artista radicado en Amberes Luc Tuymans, confrontará creaciones del pasado y el futuro enfrentando a Caravaggio y Rubens con las esculturas del artista conceptual Wim Delvoye, o con las instalaciones amaneradas que ideó hace varias décadas Ed Kienholz. En el museo de la fotografía FOMU, será Paul Kooiker quien, a través de sus escorzos y su voyeurismo, muestre en sus instantáneas actuales aquellas mujeres exuberantes presentes en óleos como Las Tres Gracias. Además, los diferentes espacios del Museo Middelheim se transformarán en un jardín de trampantojos y cuadros vivos en
Foto: Paul Kooiker. Visit Antwerpen
Experience Traps
Fuera de las instituciones culturales, las iglesias cobran protagonismo de diferente forma. En la Catedral de Nuestra Señora, además de exponer museísticamente los cuadros de su hijo pródigo, será sede de diversas performances de teatro y danza. Y en la Iglesia de San Agustín se expondrá, a partir del mes de julio, el retablo rubensiano que le han encargado a Jan Fabre. Con él, este templo recupera su costumbre de cuatro siglos atrás: contar en sus muros con obras de los mejores artistas de la época.
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