En los programas de estímulo empresarial se suele recalcar que un emprendedor ha de anticiparse a las futuras necesidades de un mercado saturado. Al otro lado de Europa, en Polonia, la diseñadora Karina Wiciak del estudio Wamhouse está siguiendo al pie de la letra ese consejo y ha empleado el año 2013 para crear doce interiorismos de bar-restaurante, que ha ido presentando al ritmo de uno al mes.
No sabemos de qué presupuesto dispone, pero a la vista de las fotografías, no se trata de una simple maqueta o prototipo, sino de diseños plasmados con todos sus detalles: desde la iluminación hasta el mobiliario. Cada proyecto se traduce en una cuidada escenografía de ambientes extraños y títulos tan sugerentes como Matadero, Carpintería o Cuarto de costura, entre los que ya ha realizado y documentado para su difusión en los medios de comunicación.
Las creaciones de Wiciak tienen un halo cinematográfico, entre película de terror, de misterio y de aventuras. Pero no hay personajes que atraigan nuestra atención. Los únicos protagonistas de estos escenarios son los materiales. La madera omnipresente del sexto diseño, Stolarnia (Carpintería), materializa pequeños montes redondeados a modo de separaciones naturales entre las mesas. Wiciak se inspira en el Parque Nacional de Bory Tucholskie (Polonia), declarado reserva natural de la biosfera por la UNESCO. La idea: incorporar las irregularidades de una orografía a un diseño de interior.
En las antípodas de los elementos naturales, otro diseño, Swalnia, evoca un cuarto de costura con telas azules sobre fondos blancos. Lo sorprendente de esta propuesta es que los alfileres sirven de motivo para muchos elementos decorativos, sobredimensionados, por ejemplo, en respaldos de silla y patas de taburetes. Literalmente todo parece cogido con alfileres. Y por si fuera poco, las áreas de cada mesa se delimitan por trazos en el suelo que semejan un hilván. Por su parte, Ubojnia (Matadero) está realizado con cartón y carboncillo pintado, y múltiples ganchos y cadenas de metal. Se trata del decorado de un film de terror (o casi), al igual que el de Masarnia (Carnicería): una fantasía sangrienta y futurista con miembros humanos de plástico blanco y metacrilato rojo colgando del techo.
Cualquier proyecto que veamos en una publicación, siempre es fruto de un encargo público o privado. Agradecemos desde ROOM la iniciativa de Karina Wiciak. Esta audaz diseñadora utiliza sus creaciones como tarjeta de presentación y como un medio de expresión artística. Y sorprende especialmente que en un momento donde los estudios practican el render y el trabajo virtual, ella se haya atrevido a construir interiorismos-atrezzo que funcionan como prototipos reales cargados de experimentación y búsqueda.
