El diseño puede ser un gesto de solidaridad y un acto de reconstrucción. Con Valencia Stool, Patricia Urquiola y Andreu World convierten un taburete en símbolo de apoyo tras la DANA en Valencia. Un homenaje a la sostenibilidad, la resiliencia y la capacidad de esta disciplina para conectar con lo primordial: la vida misma.

El diseño solidario de Andreu World
Valencia es una ciudad que late a través de una historia marcada por un linaje creativo. Pero como en todo paisaje, la belleza convive con la fragilidad. El pasado 29 de octubre de 2024, la DANA dejó a su paso un rastro de agua y desolación, enseñándonos que la unión entre nosotros hace que la vida prospere pese a todo, y que el diseño puede ser un acto de reconstrucción. De esa idea nace Valencia Stool, un objeto concebido por Patricia Urquiola para Andreu World. Una pieza de mobiliario que, además de ser funcional, se eleva como un emblema solidario.

De hecho, lo recaudado de su venta se destinará íntegramente a la causa de la DANA; una iniciativa que trasciende lo estético para situarse en el terreno de lo humano. “Cada vez que ocurra una catástrofe natural en cualquier lugar, deberíamos sentarnos en un rincón y pensar si hay un modo mejor de hacer las cosas para que el mundo en el que vivimos pueda seguir siendo habitable. Las consecuencias de la DANA en Valencia, donde está el origen de Andreu World, han sido dramáticas para una parte importante de la población. No debemos olvidarlo y está en nuestras manos que no vuelva a suceder», comentan desde la firma.

A lo largo de estos setenta años, la marca ha demostrado que el diseño no tiene que ver solo con las formas, sino también con los valores; y tan solo hay que asomarse a su catálogo para ser consciente del compromiso sostenible y social que caracteriza las prácticas de Andreu World. Esta colaboración concreta junto a Urquiola —entre las tantas que ya han llevado a cabo— podría considerarse un homenaje a la arquitectura mediterránea y a los oficios artesanos, una visión representada en la morfología del asiento y en la similitud de su entramado con las sillas de enea que poblaron los patios valencianos de antaño.

La mirada resiliente de Patricia Urquiola
La estructura de Valencia Stool rememora la de un tronco superviviente, un tocón que se opuso al frenesí de una corriente. Arraigado en la tierra, su urdimbre parece hilada por quienes construyen con manos resilientes. Una metáfora de la colaboración y la interconexión que nos une cuando todo parece desmoronarse. Es por ello que su apariencia amorfa y orgánicamente moldeada se mueve entre lo emocional y lo propiamente físico. La obra ha sido concebida a partir de impresión 3D con un material biológico y biodegradable, y se comercializa en los distintos showrooms de Andreu World a nivel global. Asimismo, los beneficios de su venta están destinados al Proyecto RENA100DO, iniciativa de la función CRE100DO que se encarga de revitalizar pequeñas empresas y comercios dañados por el suceso.

Con cada pieza vendida, Valencia Stool teje una historia y aporta un granito de esperanza, siendo “otra manera de poder contribuir”, afirma Jesús Llinares, CEO de Andreu World. ¿Y no es acaso este el punto donde debería estar siempre la esencia del diseño? En gestos que nos devuelvan a la raíz de lo que realmente importa, rescatando el pulso de una tierra con la intención de recuperarla y proyectarla hacia el futuro. A veces, un sencillo taburete puede ser mucho más que un asiento: un puente cruzado por multitud de personas, una mano que levanta a quien permanece en el suelo y un pequeño refugio para quien más lo necesita.