El último proyecto de reforma integral realizado por Akea Estudio (Suso Miranda y Sandra García) toma como referencia el estilo mediterráneo. Se trata de un proyecto de “tabula rasa” que apuesta por la maximización del espacio, la luz natural, y la eficiencia energética. Todo ello priorizando el uso de materiales de origen natural y así como también el uso de técnicas y oficios tradicionales.
ESPACIO CAPTADOR DE ENERGÍA.
La vivienda preexistente data de los años 60, y parte de una configuración alargada y orientada a lo largo de un eje norte-sur. El espacio original se encuentra totalmente compartimentado y con un largo pasillo que comunica ambas fachadas. El proyecto decide aprovechar la buena orientación de la fachada sur, creando un espacio captador de energía. Se ensanchan los huecos existentes en esta fachada para potenciar la ganancia de radiación solar a modo de invernadero. Este espacio acumula energía de manera controlada durante el día para desprenderla al resto de espacios por la noche.
Estado anterior Estado reformado
Los cerramientos originales no disponían de aislamiento, por lo que se aprovechó la cámara de aire interior para colocar una nueva capa lana de roca en toda su envolvente, cubriendo los puentes térmicos de los pilares. Las carpinterías de hierro y vidrio simple fueron reemplazadas por una de aluminio con rotura de puente térmico, doble vidrio bajo emisivos en zona norte, para mejorar el aislamiento; y control solar en zona sur para controlar el exceso de radiación. Todas las ventanas son de tipo practicable excepto las dos balconeras, con el fin de mejorar la estanqueidad y evitar filtraciones de aire no deseadas. También se evita el uso de persianas en la mayoría de aperturas por el mismo motivo.
Estas actuaciones tuvieron como resultado una mejora del comportamiento energético de la vivienda, minimizando la dependencia de los máquinas de climatización.
FRONTERA DÍA-NOCHE
La vivienda queda sectorizada drásticamente en dos zonas: la de día y la de noche. Estas quedan separadas por un núcleo de armarios y zonas húmedas que las aísla acústicamente. Esta franja, se abre y se cierra para controlar la acumulación de energía y atemperar la zona de noche (norte) en invierno. En verano la apertura de esta frontera facilita el flujo de una ventilación y refrigeración natural de toda la casa, arrastrando consigo la acumulación de calor en la zona sur. Además, se aprovecha esta sectorización para incorporar dos sistemas centralizados de climatización de alta eficiencia que funcionan independientes.
TODOS LOS ESPACIOS TIENEN POTENCIAL
La nueva distribución busca maximizar el área útil de vida. Se minimiza la compartimentación, para que la luz y la ventilación se hagan con el espacio. Se elimina el largo pasillo con el que se articulaba la antigua vivienda, y se superpone con un espacio que sirve de baño, vestidor y antesala al dormitorio principal. De etsa manera, lo que antes era un espacio residual, pasa a ser uno de los protagonistas de la vivienda. Este baño, se atomiza en piezas en forma cabinas que quedan tamizadas (ducha e inodoro) tras unas carpinterías de vidrio acanalado. De nuevo , la textura de la tirolesa cobra protagonismo tras una larga encimera de doble seno. El armario, toma el relevo de la encimera, y entreteje este espacio vestidor con el dormitorio principal con unos paneles de fibras de ratán.
MATERIALES NATURALES Y RELECTURA DE LA TRADICIÓN
Para la materialización del proyecto se ha recurrido al uso de materiales naturales y sostenibles, incluso sistemas y técnicas tradicionales utilizados con un lenguaje contemporáneo. Algunos ejemplos de materiales sostenibles son las fibras naturales como el linóleo para el suelo en la zona del estudio. El ratán es un recurso utilizado para el mobiliario y armarios; carpintería interior de roble natural; luminarias artesanales de vidrio, yeso o mimbre; uso de esmaltes al agua en la pintura de los paramentos; pavimentos de arcilla y tamices de cañizo en la terraza.
Se busca inspiración en sistemas y técnicas tradicionales como el uso del mortero tirolesa en blanco, que nos recuerda a los revocos de las viviendas costeras del mediterráneo. Este revestimiento, propio de exteriores, se utiliza en el interior como telón de fondo de las estancias para potenciar su textura con la luz.
En las zonas más oscuras, recuperamos el significado de puertas interiores de hierro y con vidrios translúcidos típico de los 60. Se elaboran adhoc unas puertas de vidrio acanalado con marco de hierro lacados que tamizan las zonas íntimas del baño sin restingir la iluminación.
Se decidió potenciar el poco espacio exterior con el que contaba la vivienda, empleando una carpintería corredera que se integra dentro del cerramiento. De este modo, la balconera desaparece totalmente para introducir el exterior en el salón. Tenemos como resultado un nuevo espacio intermedio, entre los límites de dentro y fuera, inspirados en aquellos porches de las casas mediterráneas en las que tantas horas hemos pasado contemplando el exterior al cobijo de una buena sombra.
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