Vivir en una iglesia parece a priori una idea desechable, pero las sociedades evolucionan y la percepción de sus creencias se van resquebrajando como una porcelana vieja, dando paso a grietas desde las que tener una nueva perspectiva. Es así como Garmendia Cordero arquitectos le ha dado una segunda oportunidad a un santuario del siglo XVI en Sopuerta, Vizcaya.
Una superposición de estratos históricos en la iglesia de Tas
Los edificios tienen la fea costumbre de durar demasiado. La concepción clásica vitruviana de la arquitectura tenía como uno de los principios fundamentales la firmeza, algo que cobraba sentido cuando se erigían templos dedicados a dios. El problema aparece cuando nos olvidamos de ese dios, y ese inmueble rígido queda olvidado a su suerte. La iglesia de Tas es un proyecto que ha rehabilitado un santuario abandonado para transformarlo en una casa. Un ejemplo de cómo se puede devolver la vida a un patrimonio relegado a coger polvo y deshacerse poco a poco
Garmendia Cordero arquitectos le ha dado una segunda oportunidad a una construcción del siglo XVI en Sopuerta, convirtiendo el hábitat divino en un hogar, una metamorfosis entre las frondosas montañas vascas. La intervención es un ejercicio sensible de adaptación, donde no se trata de hacer tabula rasa pensando que nada del pasado es salvable, sino de aprovechar la propia historia intrínseca para incorporarla al proyecto.
La iglesia de Tas, una superposición de historias
El planteamiento de una vivienda ha de estar inevitablemente definido por el estilo de vida de quien va a habitarla. La iglesia de Tas se presenta como una superposición compleja de todos los relatos por los que ha pasado y, de hecho, gracias a la práctica de Garmendia Cordero, sigue sumando capítulos. Uno de ellos se enfoca en el mobiliario y las piezas de arte, dos elementos que contrastan con el edificio heredado.
La propuesta se resuelve íntegramente con madera, la materia prima con menor impacto ambiental y fácilmente desmontable en caso de querer dejar la iglesia en su estado anterior. Esta se emplea en la solución de la cubierta, las escaleras y los nuevos forjados. Más allá de esta elección matérica, lo interesante a nivel de sostenibilidad es la tarea de ocupar un espacio en desuso, aunque nunca fuera realmente imaginado como un hogar. Un resultado poco tradicional para un enclave eclesiástico con el que, quizá, los más conservadores puedan no estar de acuerdo, pero que aprovecha los medios existentes eficientemente. ¿Cuál es el pecado, habitar una iglesia o malgastar recursos?
En este enlace puedes leer sobre otras iglesias que han sido transformadas para aguardar otros usos, como la Kunskerk con fachada vítrea de Studio Job.
Garmendia Cordero Arquitectos es un estudio de arquitectura ubicado en Bilbao.
Ubicada en el barrio de Las Barrietas, dentro del municipio de Sopuerta, Vizcaya.