Juan, solo Juan. Juan sin apodos ni sobrenombres de juventud, Juan sin el apellido Vidal que le acompaña y le hace heredero legítimo de la mejor saga de sastres de Levante. Juan Vidal sin el peso del reconocimiento Who’s on next 2013 de Vogue e Inditex a su talento como mejor diseñador emergente patrio. Juan sin artificios, Juan sin prisas y con ganas. Solo Juan y sus colecciones con nombre de mujer.
Chrystine, la niña pálida y delicada del invierno pasado. De apariencia frágil. Princesa de mil cuentos, protagonista de cualquier fábula mágica. Mujer de vidrio sensible al más mínimo temblor. Cristal que hecho añicos hiere y araña. Muchacha fría de arquitectura Balenciaga que guarda en su pecho su mejor arma: un corazón resistente de diamante que su creador esparce entre los espejos rotos con los que estampa su piel.
Candela, su perturbadora criatura para este verano. Incuestionable pecado. Alma libre de abrasadora falla de seda. Itinerante cuerpo fogoso y ardiente supeditado a sus pasiones. De rojo fuego encendida, recubierta de infernal cálido azufre que la convierte en veneno atrayente y perturbador. Lumbre que quema y contamina condenando a los hombres con sus brasas de recuerdo.
Victoria, heredera del oscurantismo de los Austrias, de la gama cromática de negros y rojos con pinceladas en blanco de los pintores españoles del Siglo XVI. Coincidente con la teoría de Christian Lacroix El negro como principio y fin de todo. De fachada rígida, esconde una doble moral victoriana. Correcta en un primer vistazo con abrigos oversize, sensual carmín en el fondo. Sombrío cuerpo estático que esconde la lucha de sentimientos de cualquier mujer.
Victoria, digna representante de la batalla librada a principios del siglo pasado entre el encorsetado Poiret y la práctica Chanel.
Estas y sus propuestas anteriores han recorrido las pasarelas de Barcelona, Valencia, Cádiz, Madrid y Moscú. Las dos últimas se han vendido en Spiga2 –espacio multimarca milanés de Dolce&Gabbana-. Colecciones cohesionadas únicamente por una elegancia latente y una confección artesanal que cumple con el principal objetivo de favorecer a la mujer. Costura clásica e invisible la de Juan, de toques vanguardistas, que pese a los referentes que toma de algunos de sus homólogos, se perfila como única, reconocible y exclusiva. Bonitos cuentos escritos con aguja e hilo. Juan, narrador sin prosa ni verso. Juan, el novelista del patrón.