Dabang Café es una cafetería de atmósfera transformada donde el equipo de one-aftr ha ejemplificado la arquitectura responsable: la de hacer memoria para construir el presente.
Una cafetería contemporánea como contenedor de historia
Los espacios son, en silencio, contenedores de historias. Funcionan como baúles de acontecimientos del pasado, de recuerdos que permanecen invisibles a la mirada. Las vivencias que subyacen bajo un techo, entre paredes y sobre un suelo solo las conocen quienes han habitado entre sus límites; y en su mutismo, estos elementos se alzan como guardianes. La buena arquitectura consiste en comprender esto: que todo lugar encierra y le precede una vida anterior.
Dabang Café ejemplifica esta práctica consciente, ya que sus creadores, el equipo de one-aftr (Joon Ma y Ryu Ahn), la ha concebido con una nueva narrativa a partir de unas ruinas industriales. El resultado llama la atención por haber sido un ejercicio de asunción plena de armazones originales —y, por tanto, de fundamentos preestablecidos—, que ha concluido en una atmósfera antitética renovada. Un radical lavado de cara ejecutado con agudeza.
De la ruina industrial a la vegetación urbana
Para ello, la firma coreana ha reutilizado y adaptado las bases existentes, transformando la decadencia urbana en esplendor vegetal. Ubicado en la ciudad de Jeonju, el enclave había servido inicialmente como vivienda para trabajadores de una fábrica cercana. Abandonado, estrecho y hermético, su proceso de decadencia fue natural: las tejas de hormigón se habían caído dentro del edificio y los marcos de madera se habían podrido. Debido a estos daños estructurales el techo se abrió al cielo y, gradualmente, creció en su interior un jardín interior; un santuario para las plantas.
Aprovechando esta situación, los arquitectos de one-aftr rescataron tres estructuras originales para esta cafetería-vivero. Lo previo —un edificio grueso y dos delgados con muy poca separación entre sí— era poco práctico para el uso moderno, dado el pequeño tamaño de las estancias. Tras demoler cimientos, ampliar pasillos, elevar niveles y excavar más el terreno para crear un jardín hundido, se mejoró la circulación del aire y la penetración de la luz solar con una valiosa contrapartida: el crecimiento de las plantas y el camino para las personas. Modernizar las cargas de la construcción implica un esfuerzo por reconocer lo que se esconde tras un montón de escombros. La zona norte —donde se ubica cafetería— es el único ambiente totalmente interiorizado, aislado y climatizado, ya que el resto es un conjunto de unidades abiertas de flujos transitables.
La conservación y la novedad en Dabang Cafe
Dabang Cafe se trata de un delicado equilibrio entre novedad y herencia. La conservación es capaz de generar un entorno acogedor y contemporáneo. Con un diseño bañado en iluminación natural que rezuma sencillez, paredes encaladas, vigas de madera a la vista, cortinas de vinilo aislantes, rejillas de FRP y policarbonato, grandes ventanales y vegetación exuberante, resulta una elección de materiales y colores actualizada.
Frente al implacable boom de crecimiento urbano, hay una alternativa respetuosa que dialoga con el paso del tiempo. Un proceso de edificación elocuente y un buen entendimiento de los espacios; alojando fantasmas y conviviendo con ellos con naturalidad. Y existe, en consecuencia, lo radicalmente contrario a una arquitectura sin espíritu: aquella que sabe permanecer viva.
En este enlace puedes leer más artículos sobre otras cafeterías contemporáneas.
one-aftr se formó con la misión de crear una «buena experiencia colectiva» en el espacio. Basados en la experimentación de formas de trabajo como la escritura, la creación, la curaduría o la construcción, esta firma de arquitectos y diseñadores trata de dar sentido a la vida cotidiana desde campos menos convencionales. El objetivo de su práctica consiste en definir algo de vaguedad aparente, lo que ellos entienden como “lo bueno”.
