El proyecto Fish Tail Park es una solución urbana del estudio Turenscape para hacer frente a las crecidas del río Yangtsé en la ciudad de Nanchang.
El bosque flotante de Turenscape
Hay urbes que tienen que lidiar con asuntos para los que es difícil estar preparados. Los monzones del sudeste asiático producen inundaciones en capitales como Nanchang (provincia de Jiangxi, China), que son cada vez más complicadas de gestionaren núcleos urbanos tan poblados y con extensiones tan grandes.
Fish Tail Park es un proyecto que utiliza el verde como solución a esta problemática. El equipo de Turenscape ha imaginado una superficie de más de 50 ha en la que recoger y filtrar el agua de las crecidas del río Yangtsé antes de que pueda llegar a la ciudad. Una gran muralla china subacuática.
El diseño se desarrolla a través de dos estrategias principales. Por un lado, se plantean unas islas de bosques de ribera caducos, capaces de adaptarse a las crecidas estacionales y de ofrecer variación de tonalidades y texturas a lo largo del año. Por otro, un laberinto de pasarelas dibuja un recorrido sobre los humedales y conecta una serie de hitos de manera similar a la propuesta que Bernard Tschumi hizo para el parque parisino de La Villette.
Fish Tail Park: el parque funcional
Estos dos mundos apenas interaccionan ni en la red de caminos ni en los lenguajes compositivos, sino que se superponen. Las plazas abren huecos perfectamente delimitados entre las arboledas irregulares de las islas, los giros de los caminos son bruscos y los bordes de los bosques, orgánicos. El hormigón y las chapas de acero perforado de las plataformas permanecen asépticas frente a una vegetación que cambia de densidad, de tamaño, de color y de forma. El verde queda abajo, el gris, arriba.
El juego de contrastes va más allá de una intención compositiva. La vegetación se presenta salvaje, autónoma de una trama urbana que se introduce por encima de un mar de lava arbórea. De este modo, el proyecto entiende que para que el parque cumpla su objetivo es fundamental el progreso de los ecosistemas, y eso lleva inevitablemente a que los usuarios se conviertan en espectadores que solo pueden sobrevolar el proceso.
Hace tiempo se abandonó la idea de que la vegetación tenía una función ornamental al servicio de la comunidad. La variedad de usos —ecológicos, culturales, de abastecimiento, etc.—que se le está exigiendo actualmente en nuestras ciudades hace que muchas veces tenga que crecer y desarrollarse al margen. El estudio de paisajismo Turenscape comprende que el verde necesita reivindicar y ocupar su propio espacio dentro de la urdimbre urbana, que no puede tocarse. The green is lava.
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En la ciudad de Nanchang, China.