Javier Peña lo ha vuelto a hacer. Ha vuelto a crear un diseño donde nos acerca a lo urbano de una manera inquietante y original. La línea entre lo público y lo privado ha sido desdibujada para crear Ciudad Doméstica, un proyecto que tiene la finalidad de vincular el hogar a la ciudad.
Caminando entre las calles, nos encontramos con un contenedor que alberga en su interior una serie de piezas que emergen del trazado urbanístico de Logroño. Casi sin darnos cuenta la plaza por la que acabamos de pasar se convierte en una estantería, y el suelo y la pared son ahora el escenario perfecto para una representación que habla de la cotidianeidad y de cómo usamos las zonas públicas y las privadas. Según el propio diseñador comenta, se trata de “una reflexión sobre cómo habitamos la ciudad, de cómo construimos el espacio común. De ahí parte Ciudad Doméstica. De entender la ciudad como propia, como nuestra vivienda.”
La beca Proyecta del Ayuntamiento de Logroño en colaboración con la campaña de La Rioja Turismo ¿Cuánto hace que no dejas la mente en blanco?, hizo posible que se llevara a cabo esta fusión entre arquitectura, urbanismo y diseño de mobiliario que no ha dejado indiferente a nadie. Se nos plantea la cuestión de por qué no sentirnos como en casa más allá de los muros de nuestra propiedad, y como respuesta nos encontramos con un concepto innovador en el que tras analizar la intimidad de nuestros movimientos, el autor intenta aproximar la escala urbana a la doméstica, “hablar sobre la pertenencia a un lugar y entender la ciudad como propia, como la extensión del espacio doméstico…”
El proyecto del joven diseñador emociona por su forma de entender el arte. Es momento de aprender a convivir en áreas grandes y pequeños, de mimetizarnos con el entorno y entender que hay una nueva manera de mover y componer la urbe a nuestro antojo. El truco está en plantarnos delante de los caminos que tomamos cada día y decidir cuáles son los que van a ser más relevante en nuestras vidas.
