El artista japonés Ikeuchi Hiroto, cuyas obras acostumbran a formar parte de espectáculos de música, diseño y moda, presenta en Tokio la que será su mayor exposición hasta el momento. En ella hace un despliegue de su repertorio de accesorios robóticos y maniquíes futuristas: un desfile ciberpunk que no te dejará indiferente.
Una exhibición pensada para cyborgs
En sus piezas, Ikeuchi Hiroto pone a convivir elementos extraños. Componentes técnicos e industriales son insertados en maniquíes de plástico, que lucen con elegancia tocados y otros complementos robóticos. Para ello emplea materiales tecnológicos residuales, que recicla para crear formas nuevas y combinarlas con objetos reales como móviles, auriculares, antenas, routers o cámaras de vídeo. Estos aparatos conservan su utilidad —están pensados para ser portados y usados—, a la vez que participan de un conjunto con fines también estéticos. La propuesta es una mezcla excéntrica, que traza un puente desde el ready made duchampiano hasta la ficción futurista de la década de los 90, mientras debate los límites entre lo artístico y lo funcional.
En el origen del porfolio de Hiroto encontramos la influencia de la cultura pop japonesa, del manga y de películas como Star Wars o la saga Zoids: el anime japonés basado en la franquicia de juguetes que lleva el mismo nombre, y cuyos dinosaurios mecánicos están presentes en la infancia de los millennials.
Vogue, Balenciaga y ciberpunk
Hablar de las obras de Hiroto permite unir en una misma frase Vogue, Balenciaga y ciberpunk. Es especialista en entrecruzar disciplinas, en diluir la frontera entre diseño, arte y tecnología, y sus creaciones llaman la atención de grandes firmas para sus campañas publicitarias. Ha aparecido en revistas como V Magazine, Vogue o Purple, ha diseñado para artistas musicales como Arca y el rapero Kohh y acaba de elaborar las figuras cyborg que protagonizan la última colección de Balenciaga. En su reciente exposición se muestran trabajos hechos en colaboración con el equipo de desarrollo y fabricación de la compañía de robótica Skeletonics y artilugios interactivos desarrollados junto a la marca Prototype.
El resultado es una suerte de exoesqueletos que miran hacia los primeros coletazos de la hibridación entre el hombre y la máquina que nos dejó la corriente ciberpunk de los 80. Este subgénero de la ciencia ficción sirvió para interpretar, desde la literatura, el cine o el arte, las inquietudes derivadas de la llegada del progreso electrónico, el consumo de masas y los medios digitales a la cultura diaria. Inquietudes que, aunque evolucionadas, parecen hoy más vigentes que nunca. Hemos tocado el futuro y aquellas imágenes distópicas ya están en nuestro imaginario.
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Género que tiene su origen en la literatura de los 80 enmarcado en la ciencia ficción y dedicado a una visión oscura y futurista de la realidad, que aborda los dilemas de sociedades tecnológicas y distópicas.
Un sujeto que integra rasgos humanos compuestos de materia orgánica combinados con elementos electrónicos, pensados para potenciar las cualidades de supervivencia y adaptación del ser humano.