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Situada al norte de México, la ciudad de Chihuahua se caracteriza por unas temperaturas extremas que pueden rondar los 40º durante el día y bajar a 20º durante la noche. Este condicionante llevó a los arquitectos de Productora a enterrar parcialmente esta residencia de líneas quebradas. El propio terreno, con una inclinación del 20%, facilitó la tarea.

Aprovechando la pendiente, el estudio dividió la casa en dos plantas: la superior para los padres y la inferior para los hijos. Vista desde el exterior, la vivienda apenas sobresale de la parcela donde se ubica: una urbanización construida en torno a un campo de golf. De hecho, parece una construcción tradicional si no fuera por la compleja geometría que se despliega bajo el tejado asimétrico. Las perforaciones en el mismo generan patios, terrazas y amplias ventanas que permiten disfrutar de las vistas de la urbe y del entorno: anclada en un valle, la ciudad de Chihuahua se caracteriza por su trazado y su urbanización irregular.

Dentro del domicilio, el techo recuerda con su inclinación el declive de la parcela, conformando un espacio irregular y diáfano, donde los ángulos inesperados asumen el protagonismo del proyecto. Y todo ello a escala humana. Un buen ejemplo de cómo el deconstructivismo puede formar parte de una arquitectura cotidiana como es el caso de la vivienda unifamiliar.

www.productora-df.com.mx

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