Que vivimos más desconectados de la naturaleza es indiscutible. Cada vez nos cuesta más encontrar un motivo para reconectarnos con nuestra parte más primitiva, convirtiéndonos en esclavos de la tecnología. Por ello surgen, de forma antitética, movimientos extremistas que veneran fervientemente a la madre tierra. Pero la solución adecuada se halla a medio camino entre los dos polos, ya que tecnología y naturaleza pueden convivir de manera armónica y proyectos como la Casa Árbol de Studio MEMM lo demuestran.
Vivir en las nubes de una Casa Árbol
El equipo brasileño de Studio MEMM ha posado un par de volúmenes de madera en un bosque de Brasil; una arquitectura que abraza la naturaleza existente y parece flotar sobre el bosque. El encargo originario estaba destinado al diseño de una clásica casita del árbol para los niños, pero pronto se acordó que sería interesante concebir un espacio de desconexión para toda la familia. Y es que, en un mundo permanentemente en cambio, se hace necesario tener refugios para sentirse cómodo.
La configuración se disgrega en dos bloques para reducir su impacto visual en el paisaje. La vivienda se eleva sobre el suelo respetando la plantación de la arboleda, que incluye ejemplares de Pinheiro-bravo, una especie endémica amenazada por la tala de árboles en Brasil.
Un nido en una arquitectura de madera
La Casa Árbol se puede entender como un artefacto ligero y sencillo de inspiración natural que necesita del entorno en el que se inserta para poder construirse. Algo parecido a un inquilinismo entre el bosque y la arquitectura. El proyecto de Studio MEMM reflexiona sobre la interacción del ser humano sobre el medioambiente, el estadio primitivo de las edificaciones, el principio funcional, el primer ambiente acondicionado por el hombre.
En los nidos, la diferencia entre dentro y fuera está delimita de un modo impreciso. En este hábitat, las paredes acristaladas permiten que el interior y el exterior se fundan, generando un límite difuso que únicamente se puede intuir a través del color de las carpinterías, un acabado oscuro que resalta sobre el tono de la madera insinuando el lugar donde dentro y fuera se encuentran.
Por otro lado, y dado que la apertura total lo haría inhabitable, el estudio brasileño ha empleado un brise-soleil para proteger la parte interna. El esquema del patronaje de esta protección lumínica se toma su referencia de la estructura en haz de las hojas, presente en el paisaje circundante. Esta celosía de madera laminada ha sido ejecutada con un sistema CNC —control numérico computarizado— demostrando una vez más que, no solo que tecnología y naturaleza no tienen por qué estar enfrentados, sino que una mezcla inteligente de ambas puede generar un diseño sublimado.
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Es un estudio de arquitectura y urbanismo brasileño fundado por Marcelo Macedo.
El proyecto se encuentra en una arboleda ubicada en Monte Verde, una ciudad en el sureste del estado de Minas Gerais.
