En Casa 17-JB, el arquitecto Luiz Volpato ha vestido la estructura doméstica con distintas piezas de Edra, fundiendo brutalismo y diseño en un mismo espacio.
Una arquitectura brutalista de Luiz Volpato
La idea del interiorismo como lenguaje arquitectónico y no como mera decoración encuentra en Casa 17-JB su forma más clara y serena. Diseñada por Luiz Volpato, la vivienda se alza entre un bosque protegido y una pendiente suave, definida por un brutalismo amable y templado por la luz tropical. Hormigón, madera y vidrio se combinan con naturalidad, componiendo un esqueleto espacial: un paisaje matérico radical donde el mobiliario de Edra completa el conjunto.

Una vivienda sin muebles puede ser perfecta en su lógica, pero seguirá incompleta: en ellos recae la tarea de aportar el pulso humano para que sea habitable. Y en Casa 17-JB, la firma italiana Edra ha sido la encargada de darle voz a toda la arquitectura. Por eso cada pieza elegida por Volpato tiene la misión de suavizar la rigidez del hormigón, transformando el carácter en brutalista en una experiencia sensible y de diseño.

Edra: diseño icónico made in Italy
Las butacas Favela y Vermelha, de los hermanos Campana, parecen crecer orgánicamente dentro del hogar. Con sus varillas entrelazadas, Favela recuerda a un refugio improvisado que invita a cobijarse; mientras que Vermelha traslada la vitalidad de la selva y de la cultura brasileña al interior. Ambas dialogan con la luz, la sombra y la vegetación, igual que ramas que flotan entre el hormigón y el bosque. Por su parte, el asiento Corallo se percibe como una raíz detenida en su expansión, suspendida entre el suelo y el aire, aportando ligereza y fluidez. Fabricada en resina y fibra de vidrio, contrasta con la solidez del entorno, recordando que el ambiente puede ser monumental y, a la vez, delicadamente humano.

Asimismo, con sus módulos independientes, el sofá On the Rocks introduce movimiento dentro del orden. No hay jerarquía ni centro fijo: cada cuerpo escoge su lugar, generando una coreografía cotidiana que hace del living un escenario adaptable. Mitad escultura, mitad animal dormido, el monumental Pack se erige también con sus contornos envolventes, invitando a la contemplación y al descanso; transmitiendo calidez a una estancia que, sin él, sería solo geometría.


Además, la mesa Brasilia y la credenza Scrigno actúan como contrapunto de lo mullido. Compuesta por metal y una superficie de vidrio, Brasilia encaja con las líneas ortogonales de la residencia; en el caso de Scrigno, su modularidad en madera aporta equilibrio ante la espontaneidad de las piezas escultóricas. La elección para insertar ligereza y dinamismo ha recaído en las sillas Jenette, Ella y Gina. Sus siluetas curvas y sus componentes translúcidos devuelven la escala humana a la obra de Volpato, haciendo hincapié en que, por colosal que sea la arquitectura, esta siempre debe estar a la altura del cuerpo.

La piel de Casa 17-JB
Casa 17-JB se enriquece de la dicotomía de opuestos: el hormigón se suaviza con terciopelo; la sombra tropical encuentra eco en tonos dorados y ámbar; y la rectitud ortogonal se curva al paso de las creaciones de Edra. Cada diseño actúa como un puente entre coherencia constructiva y el deseo del habitante: Favela es lo espontáneo; Vermelha, la energía; Corallo, la organicidad; On the Rocks, la libertad; Pack, la ternura; Brasilia, el rigor; Scrigno, la memoria; y Jenette, Ella y Gina, la gracia del movimiento.

Si Volpato ha cimentado esta estructura, Edra la imbuye de intimidad. Quizá, en el fondo, eso sea vestir la arquitectura: convertir el pensamiento en materia sensible y el entorno en emoción funcional. Pues toda piel que la reviste, si es honesta, termina por revelarla.

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