La artista polaca que viste con su serie Haute-Papier a Lady Gaga. Trajes, vestidos y cuerpos. Todos confeccionados con este material frágil como si fuesen esculturas delicadas, y usando como técnica su tridimensionalidad. La diseñadora se confiesa autodidacta y adicta al trabajo. De pequeña no fue a la guardería y con solo seis años ya mostraba curiosidad por este material de celulosa, por ejemplo, cómo enrollar cigarrillos de liar. Su pasión por el mundo animal influye en que sus piezas más singulares sean precisamente representaciones de diferentes pieles. Plumas, pelos y escamas… tejidos como recubrimientos orgánicos, que más que prendas prêt-à-porter parecen vestir de papiroflexia cualquier galería de arte. A pesar de la dificultad de hacer ropa de este género, Bea Szenfeld consigue texturas y colores únicos: como el corpiño tetraédrico que lució Björk, de relieve rojísimo y que tardó más de dos meses en coser. Diferente, refinada y atrevida, su inspiración es hacer del papel la piel de sus modelos.