Cuando el espíritu de una marca palpita, lo hace en sintonía con la arquitectura de sus espacios. En esta poética literalidad, el equipo de ATMOSPHERE ha creado el primer concept store de la firma de joyería BABAMA en la ciudad de Shanghái.
El sistema circulatorio de ATMOSPHERE
La filosofía de la empresa ha buscado honrar la herencia artesana de sus ancestros sin dejarla atrás en su salto contemporáneo. Con esta idea en la cabeza —o más bien, en el corazón— nació BABAMA Concept Store: una boutique que fluye como un sistema circulatorio entre la tradición y la actualidad mecánica. El punto de partida del interiorismo debía ser el núcleo vital del que todo emana. Para ello, los arquitectos han puesto el foco en una instalación artística atípica.
Con forma de corazón palpitante, ese centro ejerce como motor que da flujo a toda la estructura circundante. Además, en la metáfora de su riego sanguíneo, el órgano se entrelaza con el tronco de un árbol, que expande sus ramas a través de listones. En su juego del hacer moderno, a la vez que se reivindica un legado ATMOSPHERE mezcla madera y aluminio en geometrías solapadas.
Naturaleza y minimalismo fabril en una joyería contemporánea
A pesar de que predomina cierta estética industrial, incorporan la técnica china del dougong —también conocida como arco de cubo—, habitual en templos antiguos, pero ahora adecuada a un nuevo contexto. Esta transición única en el techo genera un efecto diferencial, que consigue que el establecimiento tenga idiosincrasia propia: un equilibro entre naturaleza y minimalismo fabril.
A ello se suma un sistema de cintas transportadoras que, a modo de arterias, funcionan como el soporte dinámico de las joyas expuestas. Junto a módulos de bandejas, espejos y lámparas ajustables, el diseño se adapta a las necesidades de la tienda sin dejar atrás su peculiaridad ni la madera natural, lo que en su conjunto origina una atmósfera sobria pero ecléctica. Esta arquitectura en movimiento termina de configurar un local tremendamente visual, cuyo concepto logra trasladar el símbolo —el corazón que mantiene la vida— a la materialidad del espacio. Una estrategia que conecta con la visión del estudio chino: aportar una dimensión física al imaginario de una firma mediante un retail de alta carga emocional.
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