Las formas de la arquitectura son inescrutables, y mucho más cuando se trata de proyectar un baño público. Así lo hemos visto en Amoeba, el aseo que ha diseñado el estudio PAO —People’s Architecture Office— en el parque Tangu Moofland de Pekín. Todo un planteamiento de integración social desde el enfoque más orgánico.
PAO o cómo apostar por la arquitectura inclusiva
Siempre se ha dicho a través del tópico literario onmi mors aequat que la muerte es capaz de igualarnos a todos. Pero quizás lejos de los textos y en un ámbito más práctico, la experiencia de habitar una ciudad unifique nuestras vivencias de un modo espacial. Sea cual sea la edad, cultura o nivel económico, los humanos terminan desenvolviéndose en el entorno público como un hábitat artificial que naturalmente ha sido asimilado. Lo que me hace pensar que no es la muerte solo aquello que nos equipara entre nosotros, sino el uso que inherentemente hacemos de la arquitectura. Ya sea al tratarla como refugio, hogar, lugar de acción o de simple descanso. Su pertenencia al paisaje la configura —y cada vez con mayor frecuencia— como una zona de resiliencia dispuesta a acoger bajo su abrigo a toda la diversidad humana.

Eso mismo puso de relieve el estudio tailandés PAO en su ciudad flotante de 2021: un proyecto titulado Qianhai Floating City que formó parte de la Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Shenzhen. En su estructura de andamios e inflables se desplegaba un horizonte de posibilidades para explotar su utilización por todos y cada uno de los ciudadanos que lo recorrían. Un desarrollo extendido de aquella protoidea take away de armazón con toldos que mostraron en People’s Canopy para la urbe de Preston, Reino Unido. Asimismo, su más reciente ejercicio arquitectónico lo hemos visto en las obras de microarquitectura que ahora pueblan el pequeño parque de Tangu · Moofland, dentro del área de alta densidad de Mentougou, en Pekín. Y entre estos follies destinados a la interacción, encontramos el baño público Amoeba: una verdadera fortaleza hormigonada.


De The Tokyo Toilet Project a un baño público en Pekín
No es la primera vez que un aseo roba las miradas y nos sorprende. La propuesta The Tokyo Toilet Project parece haber sentado un precedente convocando a arquitectos nipones reconocidos para diseñar baños públicos en la capital tokiota. Fukasawa, Kuma o Fujimoto han sido algunos de los que se han lanzado a experimentar en la creación de estas estancias independientes que brotan espontáneamente en barrios populares o apartados, volviéndose incluso un punto para el turismo más curioso. Y siguiendo el ejemplo de accesibilidad que Fujimoto planteó en el pequeño solar del distrito de Nishisando en Asakusa, PAO ha hecho lo propio también en este parque de Pekín.

Amoeba se levanta prominente como una catedral que simula estar bajo tierra o como el jarrón Savoy de Alvar Aalto a escala real. Los contornos ondulados de su fachada, a modo de organismos eucariotas —de ahí su nombre—, traen a la memoria la máxima de la arquitectura orgánica, donde la curva funcional está por encima del ángulo recto. Así lo pusieron de manifiesto Lloyd en el Guggenheim de Nueva York, Hadid en el Centro Heydar Aliyev o Sáenz de Oiza en las Torres Blancas. Nueve habitáculos independientes —sin cerrar en la parte de arriba— constituyen el interior de estos aseos colectivos, donde siete de ellos poseen puertas para guardar la privacidad. En el caso de los otros dos restantes, estos se hallan ubicados en cada uno de los extremos y están destinados a albergar grandes lavabos. Sin embargo, entre ellos no hay una transición abrupta, sino que todo fluye en una continuidad mural.


La sensación de templanza y armonía se percibe en un diseño brutalista suavizado gracias al elemento serpenteante, el cromatismo claro y la luz natural, que se cuela por los nueve lucernarios en los que desembocan las cubiertas del edificio. Además, la iluminación led se camufla sutil por los recovecos sinuosos de las paredes, proporcionando un brillo delicado cuando cae la noche. Como acostumbra PAO en su misión por la inclusividad, “el baño público de Amoeba es una instalación para todos los géneros y busca ser acogedora para todas las personas”. Una hazaña que pone contra las cuerdas la desigualdad social, y todo con un resultado que aporta “una belleza sagrada a las actividades más profanas”.

En este enlace puedes leer sobre otros proyectos del estudio de arquitectura People’s Architecture Office.
En el distrito de Mentougou, en Pekín